La pena que buscará Fiscalía al cabo de un juicio es alta: 16 años de cárcel. Para la fiscal Ingrid Schott y la ayudante fiscal Laura Maldonado, ese monto se justifica por el tiempo que se prolongaron los ataques sexuales contra la víctima (desde los 6 o 7 y hasta pasados los 15) y por las dañinas secuelas en la salud mental que le dejaron a ese jovencito, hoy de 17 años. El chico es sobrino del principal y único acusado, que tiene 28 años y está detenido desde el 5 de febrero pasado.

La posición que asumirá Fiscalía con respecto al castigo que espera para ese sujeto, se conoció durante la audiencia de control de acusación ante el juez de Garantías, Javier Figuerola, en la que se cerró la investigación y se depuraron las pruebas que se ventilarán durante el futuro juicio oral y público.

El chico había decidido contar la perjudicial relación que mantuvo con su tío, luego de otro caso de abuso que involucraba a ese pariente: los ataques que -se supone- perpetró contra una prima del sospechoso. Esa causa se investiga en el Tercer Juzgado de Instrucción, dijeron fuentes judiciales.

Cuando el caso se conoció en el seno de su familia, de inmediato hubo denuncia en el Anivi y enseguida se motorizó una investigación que, para Fiscalía, resultó muy demostrativa de que los hechos denunciados existieron.

Una de las pruebas que los llevó a confirmar la sospecha fue la conclusión del médico sobre la presencia de lesiones, las típicas que dejan las agresiones sexuales. La otra, más concluyente, fue el informe de los psicólogos que entrevistaron al chico y al final informaron que en él no sólo detectaron los habituales indicadores de las víctimas de abuso sexual, sino también un grave daño en la salud mental que le habían dejado esas traumáticas experiencias, prolongadas durante tanto tiempo, dijeron fuentes judiciales.

A través de su defensa, el acusado podrá ahora admitir su responsabilidad en los delitos que le atribuyen (abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal reiterado) y negociar una rebaja de pena en un juicio abreviado. O ir a juicio para intentar desligarse.