Los exconvictos Pablo Andrés Tello (25) y Marcelo Alejandro Soria (31), y su cómplice José Andrés Conturso (27) recibieron ayer las penas más altas desde que está vigente el sistema de Flagrancia. Los castigos oscilaron entre los 10 y los 17 años y 6 meses, por un violento asalto a golpes y tiros contra un músico al que, en complicidad con otros dos o tres sujetos, le robaron 38.610 pesos, cinco guitarras, un órgano, un saxofón y dos monos Tití que cargaron en el auto de la víctima, el martes pasado en Santa Lucía.

Y no es todo: en la Policía creen que son los mismos que asaltaron al diputado basualdista por Santa Lucía, Carlos Platero y a su hija adolescente, el pasado 23 de marzo.

En un juicio abreviado acordado con los fiscales Iván Grassi y Daniel Guillén, confesaron su autoría en los delitos de robo triplemente agravado (por lesiones graves, por usar armas y atacar en despoblado y en banda), resistencia a la autoridad y abuso de arma. Y a Tello se le atribuyó además la portación ilegal de un arma, una de las tres que les encontraron con todo el dinero, al cabo de una persecución que culminó cuando chocaron contra una Trafic. Para entonces, el auto de la víctima con el resto del botín era abandonado en otra parte.

Tello (defendido por César Jofré) recibió el mayor castigo: 12 años de cárcel. Pero al final el juez Carlos Lima se lo unificó a pedido de Fiscalía con una condena de 5 años y 6 meses por robo, que registraba desde el 11 diciembre de 2017. Esa unificación le quedó en 17 años y 6 meses.

Soria (asistido por el defensor oficial Facundo Gil) recibió 11 años y, al igual que Tello, fue declarado reincidente pues ya registraba otras tres condenas: 8 meses por hurto simple en 2007; 4 años y 3 meses por robo y hurto en 2008; y 1 año y 11 meses en 2016, también por un delito contra la propiedad.

Conturso (defendido por Gustavo González y Mariela Aguirre Mulet) fue condenado a 10 años de cárcel.

El violento ataque había sido cometido a la 1,30 en una casa de calle Jáchal, entre Angualasto y San Juan. Allí unos 6 delincuentes simularon un operativo policial (uno de ellos vestía gorra y chaqueta oficial), pero como Matías Chávez sospechó, tirotearon la casa, entraron a la fuerza y lo golpearon, porque se defendió con un machete. Todo se les complicó porque una vecina llamó al 911.