Dos niños que jugaban con un encendedor causaron un desastre en su casa: prendieron fuego un colchón y toda la vivienda acabó envuelta en llamas. La desgracia ocurrió pasadas las 13 del último jueves, en una precaria construcción situada en el 384 de la calle Juan José Bustos, cerca del ingreso al Barrio Los Olivos de Caucete. En ese lugar habita el mecánico Omar Allende (34), que hace menos de un año vino de Santa Cruz. Con él se fueron a vivir sus sobrinas Alejandra (18) y Sasha (22), esta última con sus hijos de 5 y 3 años. Al momento del siniestro también estaba en la vivienda Isaías (13), primo de las jóvenes.

"Mientras yo estaba cocinando mis dos hijos fueron a la habitación a escondidas y prendieron fuego el colchón. Ninguno de los dos decía nada, hasta que la chiquita vino a avisarme que había fuego", dijo Sasha, actualmente desempleada.

Las llamas arrasaron con todo lo que había en esa pieza y se extendieron a otro dormitorio y a la cocina comedor. Prácticamente todos los muebles y los electrodomésticos quedaron reducidos a chatarra, y además gran parte del techo, de palos y cañas, se vino abajo.

"Se quemó todo, estamos con lo puesto", resumió ayer Sasha, que tuvo que desprenderse de sus chicos (se fueron a lo de unas amigas) hasta que encuentren una solución.

Su único consuelo es que todos pudieron salir a tiempo de la casa y nadie resultó herido. "Es horrible la situación que estamos atravesando, nunca imaginé pasar por algo así", cerró la chica.

Intervino el Cuartel de Bomberos N´ 5 y la seccional 9na.

  • Ardió su habitación y acabó asfixiado

Un hombre identificado como Roberto Carlos González (47), fue trasladado hasta el hospital Rawson, intoxicado con el humo del incendio que destruyó la habitación donde dormía en una casa de Alberdi y 12 de Octubre, Rawson. En la vivienda estaba su propietaria, Gladys Elizondo (62), quien no sufrió lesiones, informó la Policía. El siniestro se inició por un cortocircuito y no causó mayores daños porque fue controlado por Bomberos.