Astutos. Los delincuentes aprovecharon que no había nadie, saltaron un portón y luego rompieron una puerta para entrar a la casa. Y robaron plata, aparatos y mercadería de un local de ropa.


 

Una situación más que angustiante vive la comerciante Sonia Agüero (65) tras un robo en su casa de Rivadavia, donde vive con su hijo Jonathan Echegaray (25), su nuera y dos pequeños nietos. Es que los delincuentes aprovecharon que no había nadie y le arruinaron el emprendimiento que había iniciado hace ya varios años, pues se alzaron con casi toda la mercadería que tenía para vender en su local de ropa (funcionaba en el frente de la vivienda) y no le quedó otra opción que cerrarlo. Pero eso no fue todo: además de las más de 50 prendas de ropa y perfumes que le sustrajeron a la mujer, los ladrones se alzaron también con $80.000, un televisor, un equipo de música, una notebook, útiles escolares, mercadería y otros objetos, según los propios damnificados.

Todo ocurrió el pasado domingo en una vivienda ubicada en la calle Alpacatal al 639, en la Villa San Francisco. Según el relato de Echegaray, la familia salió de la casa alrededor de las 18.30 rumbo a la casa de un familiar para festejar el Día del Niño. Grande fue la sorpresa que se llevaron cuando regresaron, a eso de las 22: la puerta de madera del fondo estaba destrozada y adentro estaba todo revuelto, incluida la pieza del frente donde Agüero tenía el local. Al parecer, los malvivientes saltaron el portón del frente, llegaron hasta el fondo y allí violentaron la puerta para hacerse paso en el interior. "Cuando llegamos estaba todo tirado en el piso. Fue horrible ver eso", dijo Echegaray, quien trabaja como electricista en una empresa constructora. Los ladrones hallaron los $80.000 que la familia había ahorrado por más de 5 años y que estaban ocultos debajo del colchón de la cama de la pareja. "Da mucha bronca. Ahorramos moneda por moneda para que vengan unos bolu... y nos lleven todo en un segundo", dijo el hombre. Y agregó que su madre "está muy dolida" porque no le quedó otra que cerrar el local, pues los ladrones se llevaron casi todo lo que tenía para vender.