Un policía fue asesinado de un escopetazo este domingo al entrar a una casa de la localidad de Cerrito, Entre Ríos, donde se había denunciado una discusión familiar. Según fuentes de la fuerza, en un intento por matar a su padre, uno de los protagonistas del conflicto le disparó al agente en el torso. Luego, se suicidó usando la misma arma.

Todo comenzó pasadas las 23 en la localidad ubicada a unos 50 kilómetros de la ciudad de Paraná. Raúl Molaro y su hijo, Raúl Alberto Molaro (38), ya habían tenido peleas en las que debió intervenir la policía.

Tras recibir el llamado, el oficial Hernán Hercilio Cortés de la comisaría de Cerrito llegó a la casa de la calle Mitre al 300 junto a otros oficiales y mantuvo un diálogo con el padre en la puerta del domicilio. De acuerdo con el jefe de la Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein, en esa conversación acordaron que el hijo se iría a la vivienda de otro familiar ubicada en las afueras de la localidad.

Sin embargo, Molaro hijo "demoraba y no salía", por lo que los policías y el padre ingresaron al domicilio para buscarlo. Fue entonces cuando, al cruzar un patio en la parte trasera de la vivienda, el oficial Cortés recibió un escopetazo en el torso. Quien le disparó fue Molaro hijo, que tras el ataque recargó la misma arma -una escopeta calibre 28- y se dio un tiro en la cabeza.

De urgencia, Cortés fue trasladado al hospital Miranda, aunque ingresó muerto debido a la gravedad de las lesiones.

Según Maslein, el objetivo del agresor era "dispararle a su padre, que tuvo la suerte de poder refugiarse". Además, recordó que "era habitual" para la fuerza policial destrabar "las discusiones entre ambos hombres", y agregó: "Siempre se calmaba la situación, quizás eso llevó a los policías a ir con confianza, desprevenidos al lugar".

Sobre el atacante, Maslein dijo que el asesino no tenía antecedentes policiales, más allá de haberlo encontrado en estado de ebriedad en varias ocasiones. No obstante, informó que su primo Adrián Molaro, había sido condenado a 22 años de prisión por un homicidio, y su hermano, Sebastián, a siete por golpear a un hombre en 2016 y detenido en Gualeguay por varios robos.

Según medios locales, el policía asesinado había ingresado a la fuerza en el 2000 y era padre de una adolescente de 14 años y de un nene de 7.

"Estamos dando apoyo a la familia, a la fuerza la considero como una gran familia, nos conocemos todos y estamos trabajando con un fin común", dijo el jefe policial, que describió a Cortés como "una persona querida y apreciada".

Tras conocer lo sucedido, la ministra de Gobierno y Justicia de Entre Ríos, Rosario Romero, también expresó en sus redes sociales su "profundo dolor" por el fallecimiento del policía en cumplimiento del servicio. "Mi más sentido pésame a sus familiares, amigos y a toda la familia policial en este difícil momento. Que en paz descanse", escribió.

En tanto, familiares, compañeros en la fuerza de seguridad y amigos lo despidieron en las redes sociales con poesías en las que lo llaman "El ángel azul".

Fuente: TN