Carmen Monzón se fue ayer con la convicción de que su hermano Bruno no debió haber quedado en libertad y debió haber enfrentado cargos más graves por haber causado la muerte de Pedro Gómez (56), ese hombre con el que compartió 32 años de matrimonio y al que seguía queriendo aunque estaban distanciados. "Mi hija averiguó y le dijeron que le había dado dos trompadas, pero Monzón me lo negó. Y lo que más me molesta es que durante 30 días me mintieron e intentaron echarle la culpa a otro", dijo ayer la mujer. Es más, relató que cuando su hija le preguntó a su tío qué había pasado, si era cierto que además de empujar a su papá le había dado dos trompadas, este la empujó y le dijo que no le levantara la voz.

Gómez murió el 30 de octubre pasado luego de estar 29 días internado en el hospital Rawson, con una lesión en su cerebro que al final resultó irreversible y que se le produjo el 1 de octubre alrededor de las 19, cuando salió ebrio hacia la vereda, se cruzó con su cuñado Monzón, discutieron y terminó desplomándose sobre su nuca, luego de recibir una "cachetada o un empujón", según los únicos tres testigos que tuvo ese episodio (tres sobrinos de ambos de 12, 10 y 6 años) ocurrido aquella tarde en la esquina de Dr. Ortega y Gobernador Rojas, Rawson.

Según esos menores, esa tarde a Gómez se le cayeron los lentes, Monzón quiso pasárselos, se armó una discusión y el fallecido le tiró al menos una piña y una trompada, antes de recibir "una cachetada o un empujón" que lo tumbó de nuca contra el piso. Gómez medía 1,70 de estatura, Monzón alrededor de 1,90.

El fallo no está firme. Ahora, el abogado de la familia de la víctima puede pedir que un tribunal lo revise, por entender que pudo ocurrir un delito más grave

El acusado no tiene antecedentes y había sido detenido (cumplía arresto domiciliario) desde que su cuñado falleció, pero ayer recuperó la libertad luego de que el juez Alberto Caballero ratificara el acuerdo de juicio abreviado logrado entre el imputado y su defensor, José Tejada, con el fiscal Francisco Pizarro y el ayudante fiscal Ignacio Domínguez (UFI de Delitos Especiales).

En ese acuerdo, Fiscalía sostuvo que Gómez perdió la vida luego de una caída accidental, porque su cuñado lo único que pretendió aquella tarde fue lesionarlo o causarle un daño en su salud, pero no su muerte. Ese hecho, para la ley penal, configura el delito de homicidio preterintencional y permite la excarcelación. De hecho, ayer Monzón recibió 3 años de prisión de cumplimiento condicional (sin detención), luego de reconocer que todo había pasado tal cual lo relataron los acusadores.

Según Fiscalía, aquella vez Gómez bebió con uno de sus hermanos desde el mediodía y hasta el momento de su caída fatal. La esposa de Gómez aclaró que ese cuñado suyo es conflictivo cuando consume alcohol y ese día discutió con su marido. También aseguró que Gómez acostumbraba a beber, pero no causaba problemas.

Carmen Gómez pudo hablar ante el juez en la audiencia de juicio abreviado, porque se hizo Parte Querellante con la representación del defensor oficial, César Oro, y pidió expresamente ejercer su derecho a ser escuchada durante la audiencia de ayer, prevista para cerrar el caso con una solución alternativa, el juicio abreviado.

El abogado oficial reconoció que, en los procesos abreviados, la Parte Querellante puede opinar pero sus dichos no obligan al juez. Igual, se opuso a finalizar el caso de esa manera e hizo reservadas para impugnar el fallo una vez que conozca los fundamentos.