Lilian Patricia Coria (59) siempre dijo que durante 36 años realizó el servicio estético integral de personas (depilación, maquillaje, entre otros) y que entre sus clientes había hasta médicos, políticos, gente del mundo de la televisión, altos funcionarios judiciales. Siempre negó, también, haber incluido servicios sexuales de sus empleadas en las sesiones de masajes que ofrecía en su estética 'Eros For Men', en 25 de Mayo metros al Este de Mendoza, en Capital. Pero ayer el fiscal de la UFI CAVIG, Juan Manuel Gálvez, consideró que en el juicio en su contra se probó lo contrario y le pidió al tribunal que la condenaran a 9 años de cárcel por promover, facilitar y explotar económicamente la prostitución de una de sus empleadas (trabajó para ella entre el 23 de febrero y el 6 de mayo pasado) aprovechándose del estado de vulnerabilidad de la víctima.

Y aunque tanto Gálvez como las ayudantes fiscales Erica Funes Arias, Julieta Lobillo y la auxiliar Melina Puebla habían considerado que la hija de Coria, Natalia María Pablo (29), era su cómplice en esas maniobras, ayer modificaron el delito que le imputaban y le atribuyeron encubrimiento. Pero a renglón seguido solicitaron absolverla, pues se considera que ese ilícito no lo cometen quienes son amigos o familiares directos del imputado (la hija en este caso).

Había sido una joven de 19 años quien, por necesidad, buscó el trabajo de masajista que se ofrecía en la estética de Coria. Empezó a trabajar en febrero pero en los primeros días de mayo le dijo que se iría porque ya no soportaba, pues le parecía asqueroso y se sentía denigrada por tener trato sexual con hombres (ella tiene otra inclinación sexual) a cambio de un porcentaje del pago. Según la joven, esos servicios se categorizaban: 'sensitivo' era la masturbación y el acceso del cliente a tocar y besar a la masajista. Y el completo, que incluía la penetración.

Entre las pruebas citadas por el fiscal, se incluyó el relato de la víctima, los informes sobre su estado psicológico, los testimonios de otras tres empleadas que admitieron haber practicado relaciones sexuales a cambio dinero en la estética, y el de una depiladora que aseguró saber que esas mujeres ofrecían esos servicios, por las diferencias a la hora de cobrar.

Gálvez también solicitó que otra empleada, de apellido Molina, sea investigada por falso testimonio pues, en su opinión, se contradijo al intentar favorecer a Coria con su declaración.

Los abogados Leonardo Villalba y Laura Reus adhirieron al pedido de absolución de la hija de Coria. Y solicitaron esta misma salida por el beneficio de la duda para ella, pues entendieron que era ajena a esas maniobras. También cuestionaron las 'irregularidades procesales' en el trámite de la causa, como el hecho de 'incorporar de manera extemporánea documentos y otros objetos'. O decir que en la estética se secuestró un preservativo usado, 'que nunca apareció'.

El lunes, los jueces Alberto Caballero, Verónica Chicón y Gema Guerrero darán su veredicto.