Esa mañana, la del 24 de noviembre pasado, Juan Ignacio Castro pretendía cumplir una jornada más de entrenamiento para la exigente competencia de triatlón Ironman que se disputaba en esta provincia. Eran como las 10 cuando volvían con Juan Cruz Martínez de la zona del dique de Ullum por Galíndez y retomaron por Libertador al Oeste para ir a tomar agua en la estación de servicio. Y ahí se complicó todo, porque protagonizaron un altercado con un automovilista, en el que "Juani" Castro se llevó la peor parte, pues la mujer del conductor del auto bajó, le dijo "ya vas a ver que no vas a pedalear más" y le echó agua hervida de un termo, quemándole el pecho, el abdomen, la parte superior de los muslos y sus genitales. Tres días estuvo en terapia intensiva ese joven, porque había sufrido quemaduras tipo B (profundas), pero pudo recuperarse y dar su versión de los hechos.

Luego de investigar, el juez del caso, Guillermo Adárvez (Tercer Juzgado de Instrucción), consideró probado que esa mujer, Isabel Regina Sosa Yacante (50 años, le dicen "Chabela") cometió el delito de lesiones graves. Y la procesó sin prisión preventiva, además de ordenar un embargo de $800.000 sobre sus bienes, dijeron fuentes judiciales.

Así, el magistrado no dio crédito a la versión de esa mujer y la de su pareja, en la que con algunas diferencias (ella dijo que le habían pateado la puerta del auto, él no mencionó nada de eso), buscaron dar a entender que los deportistas los habían insultado y los habían amenazado. La ahora procesada admitió que arrojó el agua, pero para defender a su marido pues temía por la gran talla de Castro y Martínez. También aseguró que no era tanta el agua del termo y que luego de arrojarla se fueron por temor a represalias.

Para el magistrado, en cambio, las pruebas reforzaron la versión de Castro y Martínez sobre el hecho de que la pareja de Sosa (ella tiene una tienda en Zonda) se bajó del auto con un trozo de hierro, insultándolos, diciéndoles que estaba harto de los ciclistas por su manera de circular. Y que en medio de ese altercado la mujer bajó con el termo y le arrojó agua hervida a Castro, quien sólo atinó a alejar su rostro pero no pudo evitar que el resto del quemante líquido lo lesionara gravemente.