Fueron tres horas las que Argentino Montilla (81) y su esposa, Alida Lahoz (71), se ausentaron la tarde del domingo de su casa en Albardón, para visitar a unos parientes que viven por la zona. Un tiempo que fue aprovechado por al menos dos delincuentes que se metieron a su casa tras forzar una puerta para llevarse varios electrodomésticos. Sin embargo, eso no fue lo único que los ladrones robaron. También aprovecharon el Fiat 147, que había dejado en el garaje una hija del matrimonio, para cargar los aparatos y luego huir. Ayer en la mañana, el vehículo fue encontrado por la policía, pero sin los electrodomésticos.
Según Osvaldo Montilla, hijo del matrimonio, sus padres se fueron el domingo a las 20 y regresaron a las 23 a la casa ubicada en calle Sarmiento 941, Albardón. Allí se toparon con el portón del frente abierto, contó el hijo. Les pareció extraño porque ellos dejaron todo cerrado al irse, agregó. No obstante, el matrimonio ingresó con su auto y recorrió la senda que desemboca en el fondo, donde tienen el garaje. Ahí se encontraron con que el Fiat 147 de su hija ya no estaba, contó Montilla. "El auto es de mi hermana. Ahora ella está de vacaciones y por eso lo guardó acá", explicó el hermano.
La pareja quedó helada al ver el lugar vacío y no salía de su asombro cuando observaron que la puerta trasera que da a ese lugar, había sido violentada. Nervioso, el matrimonio llamó a su hijo Osvaldo y él de inmediato, a la policía. Los uniformados llegaron y entraron junto con los abuelos a la vivienda. Entonces se toparon con que los delincuentes (al menos dos) revolvieron todo, al parecer, buscando plata, comentó Alida Lahoz. Como no hallaron casi nada, los ladrones cargaron en el Fiat un TV, un radiograbador, un microondas y una plancha, precisó la mujer junto a su hijo.
Del coche no tuvieron señales hasta ayer en la mañana. Los policías del Comando Radioeléctrico lo encontraron abandonado en cercanías de Sargento Cabral y Callejón Octavio Gil, Capital. El auto estaba cerrado y le faltaban las llaves, el auxilio, el gato y una herramienta, señaló Montilla. "Gracias a Dios mis padres no estaban cuando estos sujetos entraron, sino tal vez pasaba algo peor", comentó aliviado Osvaldo Montilla.