"Cinco años hemos estado ahorrando para poder tenerlo. Tenemos mucha bronca, fue mucho sacrificio". Fátima Córtez (33) no pudo contener las lágrimas al referirse al Fiat Palio modelo 2009 que con tanto esfuerzo ella y su marido adquirieron hace dos años. Es que en la madrugada del último jueves se lo robaron de su casa de Ullum y esa misma noche apareció quemado el esqueleto en Rivadavia. Los delincuentes lo desmantelaron entero: le sacaron los asientos, los espejos y cristales, lo que pudieron del motor, las ruedas, el cableado y todo lo que consideraron útil. Y lo terminaron destruyendo con el fuego.

Cortez está en pareja con Guillermo Molina (33). Él es albañil y ella suma unos pesos con las empanadas que vende los fines de semana. Tienen dos hijos, de 11 y 6 años. "Somos una familia humilde, trabajadora... ¿cómo pueden hacernos una maldad así?", se quejó la mujer. Y afirmó que no tienen problemas con nadie, por lo que intuye que se trató de un ataque con fines de robo y que el incendio fue para borrar evidencias o hacer daño.

El drama comenzó a eso de la 1,30. Las víctimas viven en Armando Gaviorno y Pasaje Obrero, en la Villa Ibáñez. Esa noche dormían cuando les llevaron el Palio, estacionado a un costado de la casa. Todo indica que fue un sujeto que lo empujó hasta la calle y luego lo hizo arrancar (las llaves estaban puestas). "Es un pueblo tan seguro, uno nunca se imagina que puede pasar algo, menos estando a 200 metros de una comisaría", explicó Cortez. Unas 20 horas después tuvieron novedades, aunque no las esperadas: en La Bebida, en un descampado contiguo al Barrio El Jilguero, apareció lo que ahora sólo es chatarra. "Mi marido lo usaba para ir a trabajar, está destruido. No queda otra que seguir trabajando. Pedimos justicia y más seguridad", concluyó la mujer.