Los amigos que crecieron junto a Matías Maurín  son los mismos que ayer por la tarde lo vieron desplomarse al lado de ellos.  Mientras caminan por las calles de la Villa del Sur aseguran que la muerte será vengada y afirman que la única forma de que vuelva la tranquilidad a la zona es “comerse a uno de ellos”. “Ellos” son los Guardia Sosa, una conflictiva familia del lugar  (en la que vive el presunto asesino) y que, según los vecinos, está vinculada a la venta de drogas.

“Será uno nuestro, pero cuatro de ellos”, sentenció uno de los amigos de la víctima sin titubear. Entre los conocidos del fallecido se respira tristeza, pero sobre todo, sed de venganza. 

“Acá tienen tomado el barrio, tirotean a los niños y andan empastillados por todos lados. Salen ´enfierrados´ a la calle y nadie hace nada”, contó uno de los presentes en el caos generalizado que se vivió ayer por la tarde, pero que no los asombra porque según ellos “viven así”.

No hay una persona en la Villa que no tenga una anécdota con los Guardia Sosa, que va desde simples amenazas, pasando por peleas a golpes de puño o directamente algún tiroteo.

“Una vez iba caminando con una amiga y aparecieron y me tiraron dos tiros. Siempre buscan pelear”, contó una niña de no más de 13 años a este medio y comentarios así se multiplican entre los vecinos.

La casa de los Maurín es, por estas horas, un desfile de gente que viene y va. No hay lágrimas, sólo una tensa calma y la amenaza de vengar la muerte del joven.