Evaristo Molina confesó que había matado a Yamila Pérez porque le pedía plata a cambio de no decirle a su mujer que tenían una relación de sexo por dinero. Un ADN confirmó que es el homicida.

Un cotejo de muestras genéticas (ADN) rescatadas de un pantalón y uno de los cuchillos secuestrados de la casa de Evaristo Molina (69) en el barrio Costa Canal I, en Capital, complicó aún más a este jubilado, pues reveló que se corresponden con el ADN de Yamila Pérez (25), dijeron fuentes de la investigación. El 5 de julio pasado, Molina confesó haber matado y descuartizado a Yamila la madrugada del 16 de junio, para luego arrojarla sin rostro ni brazos en un basural en inmediaciones de Callejón Muñoz y Luna, en El Mogote, Chimbas.

Según el hombre, lo hizo porque le pedía plata a cambio de no decirle a su mujer que tenían una relación de sexo a cambio de dinero, pues la joven (era prostituta y adicta a las drogas) ya le había causado problemas en una ocasión y Molina fue echado de su casa. Molina cayó por un papel con la prescripción del oculista que visitaba. Y fueron policías de Homicidios quienes secuestraron cuchillos y ropa con manchas sospechosas por orden del juez Guillermo Adárvez, quien le atribuye a Molina un homicidio agravado.