Luciano Olivera (16) murió en la madrugada de ayer al recibir un balazo en el pecho por policías que lo persiguieron porque aparentemente se negó a detenerse en un control policial en la ciudad balnearia de Miramar. Por el crimen hay un efectivo aprehendido y otros cinco que están identificados y eran sometidos a distintos peritajes, informó Télam. El hecho generó un fuerte repudio en los familiares y amigos de la víctima, como así también de vecinos de la localidad que ayer por la noche se manifestaban masivamente en reclamo de justicia. El ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, aseguró que "no hay ninguna justificación" para explicar el crimen y afirmó que el policía involucrado en el hecho, quien había festejado su propio cumpleaños pocas horas antes del asesinato, "hizo todo mal". Berni además confirmó que el policía detenido, identificado como Maximiliano González, y los otros cinco efectivos fueron sometidos a peritajes toxicológicos para determinar si actuaron bajo los efectos de alcohol o alguna droga. Luciano jugaba al fútbol en el club Once Unidos de Miramar. El drama comenzó cuando una patrulla de la policía bonaerense con cuatro efectivos quiso supuestamente identificar al adolescente que se trasladaba en una moto Yamaha YBR 125. Los efectivos se cruzaron en su camino y luego de bajar uno de ellos le efectuó un disparo con su arma reglamentaria. Luciano cayó gravemente herido y murió.