Preso en casa. Esteban Héctor Poblete (73) fue condenado a 8 años de cárcel, pero cumplirá su castigo con arresto domiciliario.

El jubilado Esteban Héctor Poblete (73) se encargó de confirmar ayer por qué una psicóloga dijo que es una persona con pensamientos sexistas, misóginos y negativos hacia las mujeres, a las que considera algo para manejar y controlar, separándolas entre buenas y malas: "buenas", sus parejas; "malas", el resto. La profesional también lo describió como alguien incapaz de relacionarse con otros, con conductas explosivas, impulsivas, descontroladas y hostiles. Antes de conocer si el juez el juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) iba a condenarlo o no por amenazar con un cuchillo a una vecina en Rawson, mientras le decía obscenidades y le introducía los dedos en sus genitales, Poblete negó todo. Y en sus últimas palabras pareció poner en práctica una frase de la jerga futbolística: "no hay mejor defensa que un buen ataque": "Ella me acosaba y quería tener sexo conmigo (...) me decía dejá esa vieja para acostarte conmigo pero como yo la rechacé, me denunció. Ella me amenazó, me dijo que si no andaba con ella me iba a hacer pisar el palito para hacerme sacar del barrio, me decía que me iba a quemar la casa (...) yo tengo defectos, pero de esa clase jamás", dijo Poblete.

Pero su estrategia falló. La fiscal Leticia Ferrón de Rago pidió que lo condenaran a 11 años por abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el uso de un arma. Y el juez, que ya había rechazado un juicio abreviado para condenarlo por 4 años, adhirió al alegato fiscal, pero lo condenó a 8 años.

Manuel Giménez Puchol, defensor del jubilado, había pedido la absolución luego de cuestionar toda la prueba. Ahora podrá reclamar en la Corte.

Hasta el 4 de febrero del año pasado, la relación de Poblete y su vecina era de lo peor. Que la basura, que los perros, que los olores, cualquier cosa servía para hacerlo estallar en insultos. Y esos arranques los padecían también otros vecinos.

Pero aquel día, se metió hasta el fondo donde ella alimentaba sus perros, la tomó de atrás con un brazo armado con el cuchillo y con el otro se encargó de ultrajarla. Según la mujer, cuando tenía 24 años la había violado y lo denunció, "pero nunca hicieron nada", dijo.