El remisero confesó en un juicio abreviado los graves delitos que le atribuyen contra su hijastra. Esta semana será condenado.

La violó por primera vez cuando su mujer dio a luz mellizos. La víctima, su hijastra, tenía 5 años y eso no se le borró nunca. La última vez ocurrió cuando tenía 11 y la mujer lo sorprendió manoseándola bajo la ropa. Ahí se supo, seis años después, que los daños emocionales y psíquicos habían sido mayúsculos: a su madre y también a las psicólogas que la entrevistaron, la niña les reveló que durante todo ese tiempo, sobre todo en los últimos dos años, había sido violada entre dos o tres veces por semana siempre que su mamá no estaba o cuando todos dormían. Y que las prácticas sexuales fueron perversas e incluyeron la exhibición de videos pornográficos.

El relato de la nena sirvió para explicar sus cambios repentinos de ánimo, su angustia, sus recurrentes llantos, su irritabilidad, sus miedos, su aislamiento, sus terribles pesadillas. Nunca habló por miedo a que su padrastro cumpliera sus amenazas de matar a su mamá o sus hermanitos.

Por eso las psicólogas dijeron que el relato de la niña, señalando como autor de los abusos a su padrastro, era ‘altamente’ creíble.

Lo creyeron, además, porque al sujeto le detectaron una personalidad ‘perversa narcisista’ que cerraba el círculo de sospechas, pues era lógico que alguien propenso a manipular y ponerse en lugar de otros solo en la medida en que le eran útiles, podía cometer actos aberrantes como el que le atribuían.

Aquel día el remisero de 44 años se fue insultando y amenazando cuando su mujer lo echó de la casa que compartían en Chimbas, el 24 de junio de 2015. Y cuando la Policía lo localizó en el remís que manejaba se fugó y dejó el auto abandonado. Cuatro días después, lo hallaron ‘aguantado’ en un lote hogar de Rivadavia.

Cuando el juez lo indagó, se negó a hablar. Pero ahora que llegó a juicio se vio cercado por las evidencias y decidió confesar que cometió abusos sexuales gravemente ultrajantes, las violaciones y la corrupción de esa niña.

A través de su defensor oficial Marcelo Salinas, firmó un acuerdo de juicio abreviado con el fiscal José Eduardo Mallea, en el que acepta cumplir 12 años de cárcel. Luego de escuchar a la Asesora de la Niñez María Soledad Medina, la juez Graciela Del Pie (Sala III, Cámara Penal) aceptó la propuesta y en esta semana dará a conocer su veredicto.