El impresionante choque del martes último entre un motociclista y auto sobre la ruta 40, en Capital, tuvo un desenlace trágico. Ayer en la siesta murió el hombre que guiaba la moto, quien al momento del siniestro volvía de dejar a su hijo mayor en la escuela. El otro vehículo, el que supuestamente originó el accidente, era conducido por un anciano de 83 años.

Desde un principio era crítico el estado de salud de Javier Marcelo Victoria (36), cuya muerte se produjo ayer a las 15 en la terapia intensiva del Hospital Rawson. El informe médico decía que presentaba fractura de cráneo, fracturas expuestas en un codo, en una muñeca y un dedo, además traumatismo cerrado de tórax.
Victoria trabajaba en una fábrica de accesorios plásticos y tenía dos hijos, de 12 y 9 años. Se había criado en el Bº Los Alerces, en Chimbas, pero tras formar su familia se mudó al Bº Parque Independencia, en el mismo departamento. 

El martes, el día del accidente, el obrero había ido a dejar a su hijo mayor a la Escuela Boero en su moto Zanella. Eran cerca de las 14 cuando desde el centro emprendió el regreso a su casa por la ruta 40 en dirección al Norte. Sin embargo, al llegar a la altura de la calle Telésfora Sánchez de Benavídez (frente a una estación de servicio) se le atravesó un auto Fiat Duna que supuestamente salió de Oeste a Este.

En la Seccional 2da se negaron a proporcionar la identidad del conductor de ese coche, pero trascendió que sería de apellido Alvarez, de 83 años. El hombre mayor aparentemente no vio que venía el motociclista. Éste, por su parte, no pudo frenar a tiempo y terminó impactando en el lado del conductor del auto. 

Victoria tenía casco, dijeron sus familiares, pero se le salió durante el choque. El golpe contra la chapa y el parante de la puerta fue tan fuerte, que el obrero sufrió graves heridas que resultaron ser mortales.