Uno se radicó en España, otros se dedicaron a su profesión como médico o abogado, otros siguieron militando en política y el resto volvió a sus empleos anteriores a cuando resultaron electos.
Se trata de los 8 ex concejales de Rivadavia que fueron investigados en el 2002 por su presunta participación en el caso de los manejos irregulares de las ayudas sociales en Rivadavia y que terminaron procesados por la Justicia Penal. Y próximos a ir a juicio oral y público por esos hechos (ver aparte).
El escandaloso caso salió a la luz en diciembre de 2002, mediante una investigación periodística de DIARIO DE CUYO. Se presumía que había concejales que se dejaban parte de los 1.500 pesos por mes que recibían del municipio para ayudar a los más carenciados y distintos vecinos del departamento se dieron cuenta que aparecían como beneficiarios, cuando nunca habían recibido un peso. Y por eso los denunciaron.
Pasado el tiempo uno de los ex concejales, Cristóbal Liuzzi, quien había llegado al cuerpo por Desarrollo y Justicia, el partido de Jorge Abelín, se radicó en España, con el permiso de la Justicia, luego de atravesar por serios problemas económicos que lo obligaron incluso a vender su casa en el Barrio Natania XV, según dijeron fuentes del Concejo Deliberante rivadaviense. Pero cuando sea convocado para el juicio oral y público tendrá que volver porque en caso contrario podría ser declarado rebelde y traído tras un pedido de captura internacional.
Carlos Reinoso, quien por aquel entonces era el presidente del Concejo Deliberante representando al bloquismo, volvió a su estudio de abogado. Ya había perdido un cargo de juez en el ’97 denunciado por presunta extorsión.
El justicialista Nicolás Tejada junto a Juanita Guerrero son de los pocos que han seguido militando en política y muy de cerca del diputado nacional Ruperto Godoy. Incluso en el Concejo contaron que Tejada es una especie de secretario privado del legislador nacional y su hombre de confianza en el departamento.
Lidia Zárate, quien también había llegado al cargo con el partido de "Coco" Abelín, es la única que volvió a su puesto en el municipio. Es empleada de planta permanente en la comuna desde hace años.
Después del escándalo de las ayudas sociales, el bloquista José Páez fue el único que intentó volver al Concejo Deliberante porque fue candidato por el partido de la estrella en las elecciones provinciales del 2003. Pero no tuvo suerte, aunque siguió trabajando en política.
A Isidro Díaz, otro militante del bloquismo, no se lo volvió a ver trabajando políticamente en el departamento y en el Concejo dicen que volvió a su consultorio médico, que era su profesión.
Otro que se desvinculó de la política fue el radical Oscar Ruz, a quien en los últimos tiempos se lo vinculó a una cooperativa de viviendas que se querían construir en el departamento.