Alfredo Cornejo nació en 1962 en San Carlos, Mendoza. Es Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Nacional de Cuyo y tiene otros varios títulos académicos. Actualmente, además de gobernar una de las provincias más importantes del país, preside el radicalismo nacional, un partido al que le gusta debatir absolutamente todo, durante todo el tiempo. Es uno de los pocos referentes de Cambiemos, además de Elisa Carrió, que se animan a criticar al gabinete de Mauricio Macri. Pero claro, de Cornejo dependen 1,8 millones de personas, de Carrió sólo su familia. Cualquiera puede pensar que esas responsabilidades sólo podrían ser asumidas por una persona de impronta arrolladora. No es el caso de Cornejo. El gobernador mendocino hace gala de la letal mezcla de tono bajo con palabras filosas. Sin levantar la voz y desbordando amabilidad, dejó entrever que varios ministros de Macri tienen la plata afuera, que Juan José Aranguren es soberbio, que el radicalismo de San Juan no tiene votos y hasta se animó a defender a Sergio Uñac, justo cuando el PRO lo quiere matar. La entrevista se hizo en la Casa de Gobierno de Mendoza, un lugar que tiene joyas históricas como el cuadro donde Rafael Cubillos retrata a San Martín con bigotes; o uno de los escritorios del prócer, todo contenido en un edificio de 1958 donde los ascensores no funcionan, las alfombras están viejas y, si se lo comparara con casi toda la estructura pública sanjuanina, perdería por goleada.