"Prohibición de acercamiento y merodeo a la municipalidad de 9 de Julio y a sus autoridades, como así también la prohibición de realizar actos molestos y turbatorios por el término de un año". Ese fue uno de los puntos centrales de la resolución del juez Diego Sanz contra el dirigente del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), Abel Peralta. La decisión se dio tras el pedido del fiscal Iván Grassi, quien, tal cual había adelantado este medio, le imputó al dirigente los delitos de coacción agravada, tentativa de extorsión, atentado contra el orden público y privación ilegítima de la libertad. La embestida se produce luego de que, según la acusación, Peralta amenazara a los miembros de la agrupación con perder sus planes sociales nacionales si no asistían a una marcha en el edificio comunal y de, presuntamente, "apretar" a funcionarios para conseguir módulos alimentarios. Si el líder del MTR no cumpliera con la imposición, incurriría en el delito de desobediencia de una orden judicial y podría quedar detenido preventivamente.

Las calificaciones delictivas son graves, al punto de que arrancan con una escala penal de cinco años de prisión ante una eventual sanción. No obstante, se trata de calificaciones en un estado embrionario de la causa, las que se deberán ir probando durante un año de investigación judicial. Por eso, el fiscal no pidió la prisión preventiva de Peralta, aunque sí "medidas coercitivas". Además de la prohibición de realización de movilizaciones en el municipio nuevejulino, el dirigente tendrá que presentarse una vez por semana a la Comisaría 31 de Las Chacritas, sumado a que tiene prohibido salir de la provincia sin autorización judicial.

Tras la audiencia de acusación (formalización de la investigación penal preparatoria), Peralta habló con los periodistas, asesorado por su abogado Omar Quiroga. Ambos trataron de poner en duda, con un argumento endeble, la principal prueba en contra: unos mensajes por Whatsapp, que Grassi señaló que fueron enviados por el dirigente para amedrentar a los miembros de la organización. "Los quiero (en el municipio) a todos los de la organización. No me empiecen con excusas, con que no quieren ir. No vayan, pero, después, cuando yo cargue para los planes, no me digan "a mí por qué no me cargaste", se escuchó en una de las grabaciones, al igual que otra frase fue: "El único trabajo que tienen ustedes es solamente ir a las marchas".

"Fue un exabrupto, no sabemos de quién", dijo el abogado Quiroga sobre el audio atribuido al dirigente. Ante la repregunta de que está comprobado que el mensaje salió del celular del acusado, destacó que "puede ser del teléfono de Peralta, pero no está probado que haya sido él". El líder del MTR fue en sintonía con su defensor y trató de justificarse al señalar que "en las asambleas, a veces, dejaba el teléfono sobre la mesa. De ahí en más, que alguien lo haya agarrado...". El escándalo estalló el 18 de julio, cuando se lo acusa a Peralta de enviar los primeros audios a los integrantes de la organización para que marcharan al día siguiente al edificio comunal. Tras la repercusión y las críticas, el intendente Gustavo Núñez instruyó al secretario de Gobierno para que realice la denuncia. Sin embargo, el dirigente volvió a la carga el 12 de este mes, cuando los militantes del MTR, además, obstaculizaron la salida de funcionarios y personal del municipio.

Peralta resaltó que no está arrepentido y manifestó que "si no salimos a la calle, no obtenemos nada. Todo lo que conseguimos, lo obtenemos en la lucha a través de la calle".