La causa contra el cura Walter Bustos, denunciado como presunto responsable del abuso sexual a un chico de 15 años, tuvo un impacto directo en el Arzobispado de San Juan. Personal de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) CAVIG allanó ayer la sede de la Iglesia y, según confirmaron fuentes judiciales, secuestró un acta en la que consta el relato del adolescente, quien narraba los ultrajes que padeció del sacerdote. El documento fue confeccionado en octubre de 2018 por el juez instructor del Tribunal Diocesano, David Gómez (también sacerdote), en cuyo tramo final se hace mención al juramento de "guardar secreto de lo actuado". El tema es clave, dado que el denunciante había manifestado que un presbítero, que también es abogado, le había hecho firmar una declaración y que le hizo jurar sobre la Biblia que no tenía que decir nada. No sólo eso, sino que otro párroco, Nelson Cuello, quien escuchó y contuvo a la víctima y le aconsejó que le contara a su madre, señaló que informó a monseñor Jorge Lozano de la situación y que este le habría expresado que le daría intervención al padre Gómez, según consta en el expediente. Por esos testimonios, Fiscalía llevó adelante el procedimiento judicial y ahora investiga si en el Arzobispado hubo maniobras delictivas, dado que en cuatro años y medio no sólo no se expuso el caso en la Justicia sino que se debe determinar si se configuró algún tipo de presión a la víctima.

El caso del cura Bustos ya representaba un escándalo, dado que fue condenado por el abuso sexual a un menor (ver recuadro) y siguió detenido por la investigación en su contra tras la denuncia del joven que tenía 15 años al momento de los supuestos ultrajes, producidos entre 2016 y febrero de 2018. En ese expediente, la víctima dijo que le contó a Cuello (párroco de Valle Fértil en ese entonces) lo que había vivido: que Bustos le habría realizado sexo oral en al menos uno de los encuentros que tuvo, entre otras prácticas. El sacerdote le recomendó al joven que le contara lo sucedido a su madre, por lo que decidió acompañarlo junto a un seminarista, que actuó como una especie de testigo. Ambos religiosos declararon y confirmaron la versión del denunciante, de acuerdo al expediente.

Pero Cuello agregó que pidió una audiencia con monseñor Lozano, a quien le informó toda la situación, mientras que el jefe de la Iglesia local le señaló que le iba a dar participación al padre Gómez, quien es abogado egresado de la Universidad Católica de Cuyo, licenciado en Derecho Canónico y juez instructor del Tribunal Diocesano. El expárroco de Valle Fértil (quien renunció al Ministerio Sacerdotal) narró que Gómez llegó al departamento, que se reunió con la víctima, que no participó de la totalidad del encuentro, pero que sí vio que se tomó nota del testimonio. Incluso, el denunciante indicó que tuvo una reunión con un sacerdote abogado, con el que firmó un acta con su declaración, allá por octubre de 2018.

Ese documento es el que buscó el fiscal Mario Panetta en el allanamiento en el Arzobispado, en el que estuvo con el coordinador de la UFI CAVIG Roberto Ginsberg y la ayudante fiscal Verónica Recio, y personal policial. Y el acta fue hallada, en la que está plasmado el testimonio de la víctima contra Bustos, más su firma, la de Gómez y Cuello, indicaron las fuentes. En el escrito resalta el "juramento" de guardar secreto. No fue lo único que se secuestró, ya que también se llevaron una nota redactada por el denunciante de todo lo vivido con Bustos, de su puño y letra, aseguraron.

De esa manera, Fiscalía continuará con la investigación con más pruebas contra Bustos. Ahora, también debe definir si monseñor Lozano y el juez del Tribunal Diocesano incurrieron en hechos delictivos, en el marco de la causa en la que se determinará si el Arzobispado cubrió el abuso sexual a un menor de edad.

Disconformidad

Fuentes judiciales indicaron que, durante el allanamiento, se encontraban monseñor Jorge
Lozano y el obispo auxiliar, Gustavo Larrazabal. Inclusive, dijeron que el jefe del Arzobispado
firmó el acta en “disconformidad” con el procedimiento que se había llevado a cabo.

Expediente

Personal de Fiscalía y la Policía secuestraron el acta que lleva la firma del juez instructor
del Tribunal Diocesano y una nota de puño y letra de la víctima sobre lo que vivió con Bustos.
Las fuentes dijeron que también había recortes periodísticos del caso del cura.

Condena e investigación

El 30 de mayo de este año, el juez Víctor Muñoz Carpino, de la Sala I de la Cámara Penal, condenó al cura Walter Bustos a 1 año y 8 meses de prisión condicional por el abuso sexual simple a un menor de edad, mientras que lo absolvió por el beneficio de la duda en otro de los
casos. Fiscalía había pedido un castigo de 9 años de cárcel. Tras la pena, el sacerdote podría
haber quedado en libertad, pero el 2 de mayo, un joven lo denunció por haber abusado de
él cuando tenía 15 años y en esa causa le dictaron prisión preventiva, la que está bajo investigación.