El juez Daniel Doffo, del Tribunal Oral Federal, condenó a 2 y 3 años de prisión en suspenso a Fabio y Augusto Benedetti respectivamente, expropietarios de la metalúrgica Urbino. El primero de los hermanos fue hallado culpable de la evasión de 7 millones de pesos en impuestos, mientras que al segundo lo castigó por el mismo delito y por la retención indebida de casi 3 millones de pesos en aportes de jubilación y obra social de los empleados y por el vaciamiento de la compañía para no pagarle a la AFIP una deuda de poco más de 23 millones de pesos, sin actualización. Los acusados también habían aceptado, en un acuerdo con el fiscal Francisco Maldonado, el decomiso de un millonario inmueble en Capital, pero el magistrado pateó hacia adelante la resolución de ese tema hasta tener una valuación oficial del predio y la actualización de lo que le deben al organismo recaudador nacional.

Si bien toda sanción penal, aunque sea sin encierro efectivo, genera una mancha en el prontuario de una persona, en este caso lo más gravoso es el decomiso de la propiedad ubicada en calle Corrientes al 1081/1130 Este, en Capital. Se trata de un inmueble con una superficie de 15.733 m2, enclavada en Concepción, a pasos de la avenida Circunvalación, es decir, en un punto de alto valor inmobiliario. De hecho, hay estimaciones que indican que tiene un costo de unos 125 millones de pesos. El predio hoy está alquilado al Gobierno provincial y en el lugar funciona el Boletín Oficial. En el acuerdo de juicio abreviado que firmaron los Benedetti, su abogado Andrés Troche y el fiscal, se dispuso que el predio pase a manos del Estado nacional.

Si los imputados habían dado el visto bueno para el decomiso, ¿por qué el magistrado postergó su definición? Fuentes judiciales indicaron que, en el análisis de antecedentes a nivel nacional, existe una sentencia de la Cámara Federal de Casación Penal que anuló un fallo con características idénticas al de los Benedetti: hubo una condena tras un acuerdo de juicio abreviado, en el que los acusados admitieron su responsabilidad y aceptaron la pena por el delito de insolvencia fiscal fraudulenta (vaciamiento de la empresa) y el decomiso de un inmueble. ¿Por qué se le dio de baja a esa resolución? Porque el decomiso de un bien tiene que ser justificado y debe existir una vinculación entre lo que los procesados le deben al fisco y el valor del predio del que pierden su dominio. Por eso, Doffo solicitó que el Tribunal de Tasaciones de la Nación valúe el terreno de calle Corrientes y que la AFIP elabore un informe de la deuda actualizada por intereses de los Benedetti, explicaron las fuentes.

Dicha propiedad formó parte de una maniobra sospechosa. Fue vendida el 28 de agosto de 2013 por Urbino a la compañía Isla Naxos, la que, a su vez, la comercializó el 6 de enero de 2015 a Pablo Rubiño. Cuando la AFIP fiscalizó a este contribuyente para ver si debía pagar el impuesto a la riqueza, presentó un contradocumento en el que reconoce que Augusto Benedetti "es el único y verdadero dueño". No obstante, Rubiño trató el 27 de diciembre de 2021 de transferir el dominio del predio a la empresa Rospec, la que tiene como accionista a Ariel Rodríguez, quien sería yerno del responsable de Urbino. Sin embargo, hubo una cautelar que frenó la transferencia, la que mantuvo Doffo. Según la denuncia del fisco, todo eso se habría hecho para simular la venta del inmueble, dado que seguiría bajo la órbita de Benedetti, por lo que el fiscal solicitó la investigación y las indagatorias de Rubiño y Rodríguez en otra causa (ver aparte).

  • Presuntos testaferros

En el marco de la insolvencia fiscal fraudulenta de la ex Urbino, el fiscal federal Francisco Maldonado le pidió al juez Leopoldo Rago Gallo que abra la investigación contra dos presuntos testaferros de Augusto Benedetti en una de las propiedades. La metalúrgica había vendido el predio de Capital a la firma Isla Naxos y esta a Pablo Rubiño, quien, a la hora de pagar el impuesto a la riqueza, expuso en un contradocumento que, en realidad, Benedetti sigue siendo el propietario. Pero, a su vez, consta en la denuncia que Rubiño transfirió el inmueble a una empresa que integra quien sería el yerno de Benedetti, Ariel Rodríguez. Es decir, la sospecha es que se simuló la transferencia de un bien, pero que, en definitiva, habría quedado bajo la órbita del empresario, dijeron fuentes judiciales. Así, el fiscal solicitó que sean indagados como supuestos partícipes necesarios de la insolvencia fiscal.

> EXPEDIENTES

Insolvencia fiscal

Augusto Benedetti fue condenado por haber provocado, de manera intencional, la insolvencia de la empresa Urbino con el propósito de evitar el pago de deudas a la AFIP, la que ascenderían a 23.680.226 pesos de solo capital. Se desprendió de bienes muebles (autos) e inmuebles.

Retención indebida

El mayor de los Benedetti también fue castigado por haberse apropiado de 2.838.022 pesos durante 10 meses de 2013 de los aportes de la seguridad social de sus empleados al no depositarlos a los 10 días hábiles de su vencimiento, pese a que la empresa tenía fondos.

Evasión impositiva

Augusto y Fabio Benedetti fueron condenados por el juez Daniel Doffo por la evasión del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en poco más de 7 millones de pesos en los períodos 2012 y 2013 al presentar declaraciones juradas con datos falsos con el fin de reducir el monto.