Provocador. En uno de los juicios, Olivera se mostró con el libro "El cielo por asalto", de Vicente Massot, el cual reflexiona sobre el ERP y Montoneros.

El pedido sonó hasta insólito. A través de su defensa, el líder de la represión en San Juan durante la última dictadura, Jorge Antonio Olivera, había solicitado la prisión domiciliaria para estar con su esposa, Marta Ravasi. Lo llamativo es que la mujer había colaborado con la fuga que el militar retirado encabezó en 2013 luego de su primera condena a perpetua por delitos de lesa humanidad. El planteo se basó, entre otros puntos, en que Ravasi atraviesa graves trastornos psíquicos y necesita de la asistencia permanente de su marido. Pese a los fundamentos, desde el Tribunal Oral Federal se hicieron eco del rechazo del fiscal Francisco Maldonado, por lo que se le negó el beneficio a Olivera debido a que, según pericias, no se comprobó la extrema gravedad del cuadro clínico de Ravasi y porque tiene otros familiares que podrían acompañarla.
El planteo defensivo surgió por la supuesta situación de salud del represor y su esposa, el cual tuvo su resolución el lunes, aunque trascendió ayer. Con respecto al estado de Ravasi, el argumento es que padece de una discapacidad psíquica, ya que se resalta un cuadro depresivo crónico de larga data, el cual se ha agravado por la ausencia permanente del “vínculo afectivo” del esposo, según consta en el expediente. Sin embargo, el fiscal Maldonado destacó en su exposición que la mujer tuvo una participación determinante en la evasión que cometió Olivera el 25 de julio de 2013. Ravasi es psicóloga y trabajaba en el Hospital Militar Central Cosme Argerich, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de donde se fugó su marido con Gustavo De Marchi, luego de que fueran trasladados desde el Penal de Chimbas para que se atendieran por problemas de salud. Justamente, fue la mujer la que había tramitado los turnos de atención en el centro de salud porteño. Olivera fue recapturado el 30 de enero de 2017, en la casa de su esposa, mientras estaba oculto en el baúl de un auto.
 

Jorge Olivera tiene dos condenas a perpetua por delitos de lesa humanidad.

Maldonado además había indicado que de la pericia oficial no surgió que Ravasi haya sido diagnosticada como discapacitada y cuestionó que la problemática que describió la defensa deba ser solucionada exclusivamente por el acompañamiento de su esposo, ya que cuenta con cuatro hijos y con cobertura de salud para tener un acompañante terapéutico. Dicha postura fue tomada por el juez puntano Raul Fourcade, subrogante en el Tribunal Oral, quien además desestimó, de acuerdo a los informes, problemas de salud de Olivera.