El aumento de la obesidad, el sedentarismo y las malas conductas alimentarias están provocando un aumento en los casos de hipertensión arterial (HTA) en niñas, niños y adolescentes, aseguran especialistas quienes advierten que, si bien no hay estadísticas oficiales, se estima que entre 3,5 y 5 por ciento de esta población padece esta patología.
Cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial. ‘La hipertensión arterial en niños y adolescentes como enfermedad primaria, es decir, sin que esté asociada a otra patología, es un fenómeno relativamente nuevo pero creciente y es más prevalente a medida que se acercan a la adolescencia‘, explicó Luis Pompozzi, pediatra especializado en presión arterial del Hospital de Pediatría Garrahan.


Y continuó: ‘Las estadísticas son siempre difíciles, y en este contexto mucho más porque el primer problema que tenemos es que muchos pediatras no incorporaron aún el control de la presión arterial en la rutina, lo que mundialmente se ha recomendado que se realice a partir de los 3 años en cada consulta‘.


Pompozzi explicó que ‘esto no significa que no se tome la presión antes de los 3 años. Si tenemos un paciente con una patología de base como puede ser una estenosis arterial renal o un tumor en la glándula suprarrenal el control se hará desde el nacimiento, pero estos son otro tipo de casos‘.


El diagnóstico en los niños es más complejo que en los adultos: ‘En un adulto uno toma la referencia de más de una medición con 140/90 (máxima y mínima), en los niños tenemos otras tablas de referencia porque no es lo mismo uno de tres años que de doce; en caso de que los valores sean elevados comienza una evaluación más exhaustiva‘.


Ese control se basa en varias entrevistas, monitoreo ambulatorio o domiciliario: ‘Lo primero que se intenta es un tratamiento no farmacológico; en la mayoría de los casos los chicos o chicas presentan obesidad, entonces se propone por un lado una alimentación rica en frutas y verduras, menor consumo de alimentos ricos en sodio y por el otro se busca promover la actividad física‘.


Según Pompozzi, las familias que cumplen con este tratamiento ‘logran revertir la hipertensión. Pero esto no sucede en todos los casos: tenemos niños que uno los mide mes a mes y aumentaron de peso, su presión sigue alta y entonces debemos recurrir a la farmacología, y en esta situación tenemos a niños menores de 10 años‘.


Pero el incremento de la hipertensión arterial no es exclusivo de los niños y adolescentes: el último estudio de la Sociedad Argentina de Cardiología, la Federación Argentina Cardiológica y el Consejo Argentino de Hipertensión Arterial, denominado Registro Nacional de Hipertensión Arterial (Renata), arrojó que la prevalencia de esta patología en Argentina es del 36,7% de la población, mientras que la misma medición, una década antes, había arrojado una prevalencia del 33,5%.


En el último Renata, el 38,8% de los pacientes desconocen que tiene la enfermedad y de los que sí lo saben, sólo el 24,2% están controlados por un especialista; además la prevalencia de HTA aumenta con la edad llegando a cerca de 70% en los mayores de 65 años.


‘Por un lado, se trata de una enfermedad silenciosa, entonces la población no se acerca, pero por el otro los médicos no hacen control en todas las consultas. Esto se suma a los factores de riesgo: sedentarismo, la mala alimentación, el tabaquismo, el consumo de alcohol‘, indicó Maia Akopian, jefa del Programa de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas.


Recordó que la hipertensión arterial sostenida va generando el deterioro de todos los órganos porque nuestro organismo está ’programado’ para trabajar con determinada presión sobre el sistema vascular. Cuando esa presión es mayor aparecen endurecimientos, placas, es decir, el sistema se vuelve vulnerable‘.


El control de la HTA reduce la incidencia de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca en 40%, 25% y 50%, respectivamente. ‘El primer paso es el control de la presión arterial. Las recomendaciones: realizar actividad física aeróbica, aumentar el consumo de frutas y verduras, no consumir más de 3 gramos de sodio a diario‘, concluyó. Télam