La cadera es fundamental para nuestra movilidad. Se trata de una articulación, una unión móvil de dos huesos, en este caso la articulación que permite al hueso del muslo (el fémur) que se mueva respecto al de la parte baja del tronco (la pelvis). Sin la cadera no caminaríamos erguidos, no podríamos ponernos las medias o por ejemplo salir del coche. Ni siquiera podríamos estar sentados normalmente.

En cuanto a por qué son tan frecuentes las lesiones de cadera conforme vamos cumpliendo años, especialmente a partir de la tercera edad, los especialistas sostienen que, fundamentalmente por dos motivos:

1- El desgaste de la articulación tras el uso acumulado de los años.

2- El debilitamiento del hueso debido a la osteoporosis que conduce, sobre todo en mujeres ancianas, a que se produzcan fracturas alrededor de la articulación.

Pero, qué es lo que más perjudica a nuestra cadera si somos personas sanas, cuáles son esos hábitos que más la dañan y está en nuestra mano cambiar.

Los expertos apuntan en primer lugar al alcohol en el caso de los jóvenes, además de algún tratamiento de medicamentos como la cortisona, ya que conduce a que el hueso muera y la articulación colapse. Después se señala el exceso de desgaste para una edad determinada, relacionado con un exceso de actividad y con el sobrepeso.

CONSEJOS PARA CUIDARLA EN EL DÍA A DÍA

Para protegerla en nuestro día a día no hay que dejar de moverse. La cadera sirve para eso. Al vivir, la cadera se gasta y es susceptible de lesionarse, pero para eso la tenemos: para vivir. No hay fórmulas mágicas, excepto la prudencia. Además se debe evitar el sobrepeso y el alcohol. Y también, conocer cómo es la propia cadera: hay conformaciones de origen que admiten menos una determinada carga o tipo de actividad.