Quiénes no tiene muchas habilidades en la cocina, suelen caer en la cocción de un huevo duro porque parece ser lo más fácil. Sin embargo, existen muchos errores simples que se cometen al momento de la cocción.

Los pasos son simples: sumergirlo en agua caliente, sacarlo y pelarlo. Sin embargo, hay detalles a tener en cuenta:

1- Usar un huevo que no sea fresco. Es importante que la materia prima a utilizar sea fresca y de calidad. De esta manera, no habrá margen para que no quede perfecto. Cuando esto no sucede, pierde agua y la yema se desplaza fácilmente.

2- Tamaño del huevo y el recipiente. El ideal es medio-grande. En tanto, el recipiente donde se hierve debería ser más chico que grande. Además, el agua debe cubrir por completo al huevo.

3- Miedo a la rotura. Uno de los temores más grandes es que se rompe antes de cocinarse. El truco está en esperar un tiempo considerable entre sacarlo de la heladera y sumergirlo al agua hirviendo. El cambio abrupto provoca un choque térmico muy abrupto. El agua tiene que estar fría o con un grado menor a la ebullición y el huevo debe estar a temperatura ambiente.

4- No controlar el tiempo de cocción. Los tiempos de cocción varían según la textura que queramos conseguir para el producto final. La solidez se alcanza entre los 10 y 15 minutos.

5- La yema queda verde. Es uno de los principales errores que se cometen al momento de cocinarlo. El color verdoso se produce por el calor prolongado y se puede evitar con una cocción breve.

6- No sumergirlo en agua fría. Una vez cocido, se debe sumergir en agua fría para que deje de cocerse con el calor que acumuló dentro. Además, también sirve para pelarlo mejor.

7- Una vez cocido, guardarlo. El huevo duro puede conservarse unos días en la heladera. Pero es preferible comerlo a penas se cocina.