Hay recetas que son muy conocidas y que hace mucho tiempo se impusieron. Se destacan por tratarse de métodos naturales que se pueden hallar en la alacena o heladera del hogar. Son conocidos como “remedios de la abuela” por su arraigo ancestral.

A continuación, 7 métodos para prevenir o curar enfermedades, que aunque varios duden de su efectividad, la ciencia comprobó que dan resultado:

1. VINAGRE Y ALCOHOL PARA LA OTITIS

La mezcla de vinagre blanco con el alcohol en partes iguales previene la otitis. Hay que aplicarla en gotas. Esta combinación es útil también para frenar la aparición de hongos y bacterias que generan la otitis externa.

2. GÁRGARAS PARA LOS RESFRÍOS

La Escuela de Salud Pública de Kyoto, Japón, comprobó que las gárgaras son efectivas. Juntó 400 participantes y los evaluó al año siguiente. El resultado demostró que aquellos que realizaban gárgaras con agua de la canilla todos los días tenían menos posibilidades de contraer infecciones por vías respiratorias como gripes o catarros.

3. JENGIBRE PARA LAS NÁUSEAS

La Universidad de Exeter, Inglaterra, verificó que consumir un gramo de raíz de jengibre ayuda a aliviar las náuseas no solo inducidas por el embarazo, sino también las surgidas por el efecto de la quimioterapia en los pacientes con cáncer.

4. MIEL PARA LA TOS

La Organización Mundial de la Salud hizo un estudio que reveló que aquellos que consumían 10 gramos de miel antes de dormir registraban menos tos y mejor sueño que los que tomaban placebo.

5. CINTA ADHESIVA PARA LAS VERRUGAS

Un estudio realizado en 2002 determinó que el 85% de aquellos que trataban las verrugas con cinta adhesiva (preferentemente la que se usa con fines sanitarios) se libraban de ellas.

6. SOPA DE POLLO PARA EL RESFRÍO

Un estudio realizado en 2000 demostró que la sopa de pollo es efectiva para calmar la típica inflamación que produce un resfrío.

7. HIELO PARA EL DOLOR DE CABEZA

Este remedio tiene efectividad, pero provisoriamente. En 2013 hicieron un estudio donde se observó a 50 personas con migrañas. Los pacientes que se aplicaban hielo durante 30 minutos, aseguraban que el dolor se reducía, aunque luego de media hora de retirarlo, el dolor regresaba.