Las primeras mañanas frías ya suman las primeras víctimas. El descenso de la temperatura son las generadoras de gripes, resfríos, alergias y patologías estacionales.

Pese a que pueden confundirse, cada una de ellas tienen sus propias características y tratamientos particulares. Los síntomas más frecuentes son picazón en nariz, boca, ojos, garganta, piel o en cualquier área, problemas con el olfato, secreción nasal, estornudos y ojos llorosos. Luego continúa la congestión nasal, tos, oídos tapados y disminución del sentido del olfato, dolor de garganta, hinchazón debajo de los ojos, fatiga, irritabilidad y dolor de cabeza. Todo lo que no soporta y altera en estas épocas. 

Dentro de este grupo de enfermedades, causadas generalmente por virus y bacterias, el resfrío es la más leve, con una duración de tres a cinco días, mientras que la gripe, la bronquitis –especialmente la aguda–, y la faringitis requieren tratamientos más puntuales, en tanto que la neumonía se constituye como la principal causa de internación en esta época del año.

Para evitar caer en cama, Silvio Luis Aguilera, Director Médico de Vittal -organización de urgencias y emergencias médicas extra hospitalarias- explica las claves para hacerle frente al frío.

*Ventilar la casa diariamente durante aproximadamente unos 20 minutos.


*Cubrirse la boca al toser o estornudar usando el antebrazo, no las manos.


*Lavarse las manos de manera habitual con agua y jabón.


*Evitar los cambios bruscos de temperatura.


*En caso de integrar alguno de los grupos más vulnerables, como adultos mayores, niños o embarazadas, vacunarse contra la influenza y el neumococo es la medida de prevención más eficaz.


*Evitar el contacto directo con personas contagiadas.


*Consumir alimentos con alto porcentaje de vitamina C.


*Utilizar siempre pañuelos descartables para no estar constantemente “reinfectándose” las propias manos.