A Raúl López se le humedecieron los ojos cuando habló sobre el motivo por el que se sumó una vez más a la Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa. Dijo que lo hizo para dar las gracias porque conserva su trabajo hace más de 20 años y sobre todo, porque sus hijos tienen un empleo estable. "Estamos en una crisis económica, pero el trabajo es lo único que nos puede sacar adelante", dijo el hombre y contó que cuando llegó al paraje, encendió unas velas para pedir que a nadie en la provincia le falte el empleo. Al igual que él, muchos gauchos más contaron que participaron del cierre del tradicional festejo para agradecer que tienen trabajo y para pedir que la crisis empiece a mermar. La cabalgata tuvo ayer su última jornada y participaron más de 5.000 gauchos de todo San Juan y hasta de otras provincias.

A prueba de agua. En los últimos kilómetros la lluvia cayó en Caucete. Los gauchos no se inmutaron y siguieron la cabalgata como si nada. Dijeron que era más importante la fe que la lluvia.

Agradecer el haber conseguido trabajo o pedir mantenerlo fue el motivo por el cual los gauchos emprendieron la travesía. Sin embargo, hubo otros que dijeron que también lo hicieron para pedirle a la Difunta por la salud de sus familias y sobre todo, para que la economía del país y de San Juan mejore. "No pertenecemos a ninguna agrupación, pero todos los años hacemos esta cabalgata al oratorio de Deolinda.

Esta vez, optamos por participar de una manera diferente", dijo Roberto Ponce, un vecino de Rawson, quien junto a su esposa vendieron botellitas de agua y gaseosas a los gauchos que pasaron a caballo. "Es que la crisis está dura y hay que rebuscárselas. Trabajando, le damos las gracias a la Difunta de que podemos tener un plato de comida todos los días en la mesa", agregó el hombre.

Asados. En las orillas de la ruta, cientos de sanjuaninos hicieron un picnic para poder disfrutar de la cabalgata.


A las 7.20, un rato después de lo previsto por la organización, la cabalgata arrancó. A paso lento, con pilchas gauchas y aún a oscuras, los primeros jinetes comenzaron a copar las calles de Caucete, rumbo a Vallecito.

Bajo el intenso sol de la mañana, que sólo por unos minutos se escondía debajo de las nubes, los gauchos recorrieron casi 37 kilómetros para llegar hasta el paraje. Durante poco más de 6 horas, el sonido de las herraduras sobre la senda del peregrino pareció música. Y si bien durante casi todo el trayecto el sol acompañó a los gauchos, en los últimos kilómetros las nubes se adueñaron del cielo caucetero. Y eso no fue todo, es que una fuerte lluvia hizo que casi todos los jinetes llegaran al paraje empapados. "Esta llegada vale el doble. Aguantamos el sol y después la lluvia. Todo eso vale la pena, para llegar a agradecerle a la Difunta Correa todo lo que tenemos", agregó Patricio Núñez, mientras saludó a todo el público, que los ovacionó por haber resistido a las inclemencias del tiempo.

Un espectáculo. Hubo varios sectores en los que el público se ubicó para ver el paso de los gauchos.

Para el desayuno
En varios sectores de la Senda del Peregrino hubo personas que repartieron sopaipillas y mate cocido a los gauchos.

Con lluvia

4,5  kilómetros son los que recorrieron los gauchos bajo la lluvia. La tormenta comenzó en la Cuesta de las Vacas y terminó en el paraje.


Mucha seguridad
Desde el ingreso a Caucete, personal de la Policía de San Juan tuvo a cargo la seguridad vial. Hubo efectivos en autos, motos y caballos.
 

Ana Paula, una experta

Con tan sólo 7 años, Ana Paula Gutiérrez demostró tener grandes conocimientos y cabalgó a la par de los adultos.

Panadero de la cabalgata

Jorge Peña es panadero y amante de los caballos. Ayer compartió sus dos pasiones: vio la cabalgata y vendió panes y semitas.