Por un lado, el silencio y las luces tenues generan una nueva atmósfera en la Casa de Sarmiento. Brindan una sensación de intimidad que ayuda a sentir con mayor intensidad que realmente es ese el lugar en el que vivieron el prócer y su familia. Por otro, el uso de la tecnología, a través de la iluminación y las pantallas interactivas, lleva a que la historia quede impresa en la retina y la memoria de los visitantes. Eso es lo que se puede descubrir en el museo desde ayer, tras la remodelación que generó polémicas porque obligó que la Casa Natal de Sarmiento estuviera casi 5 meses cerrada (ver aparte).

Las paredes están impecables con su nueva pintura blanca y resaltan con las luces que se dirigen desde el techo hacia distintos sectores y elementos de los espacios. Se trata de iluminación con tecnología LED que, además de poseer filtros para no afectar la documentación que se guarda en la casa, es computarizada. Así, su intensidad va variando a medida que cambia la luz natural. Eso permite que las grandes puertas y ventanas permanezcan cerradas y le ofrecen mayor intimidad a los espacios.

Otra de las cosas evidentes es la puesta en valor de cada uno de los elementos. Los muebles más grandes, como el telar de Doña Paula (que es el único objeto expuesto en una de las habitaciones) y la cama que Sarmiento usó mientras fue Presidente, están protegidos por barandas que delimitan hasta dónde puede acercarse el público. A ese detalle se suman las vitrinas en las que se expone libros y documentos. Entre ellas, la más impactante es la que contiene uno de los bancos de madera que se usó en la escuela que funcionó en la casa y que Sarmiento trajo de Buenos Aires.

Para señalar cada uno de esos materiales está la nueva cartelería informativa. Entre los carteles más grandes se destaca el que posee una línea del tiempo que narra año por año la vida del prócer y otro que tiene el nombre "Genealogía" y muestra un árbol genealógico de la familia.

Por otro lado, entrar a la habitación donde estuvo la cocina de los Sarmiento es como emprender un viaje en el tiempo. En ella se puede ver un mueble antiguo de madera que sostiene distintos cacharros y una representación del fogón en que Doña Paula cocinaba para sus hijos durante su adolescencia.

Otro de los mayores cambios está en la biblioteca pública, espacio en el que Sarmiento trabajó durante su Gobernación. Allí, las antiguas mesas de madera (que no pertenecieron a la familia) fueron cambiadas por muebles más modernos y cómodos.

El patio interno también varió, los escalones fueron suplantados por rampas y la huerta fue achicada para que los turistas tengan más espacio para circular.

Además, la casa posee ahora dos pantallas con sistema touchscreen, que cambian su imagen cuando el usuario toca alguno de los íconos que muestra. En ellas se puede seleccionar dos planos, el del San Juan del siglo XIX, que permite ver la casa en esa época, y el del San Juan de 2011, donde se puede ver el museo actual, además de información complementaria. Una de esas pantallas se encuentra en la última habitación del recorrido, donde hay también una pantalla plana, en la que se proyecta películas relacionadas con la vida del prócer. Pero, sin dudas, lo más imponente del espacio es la gigantografía con la imagen del Maestro, elemento dominante del lugar.