"Nos vamos por las buenas. Pero si la promesa que nos hicieron no se cumple, vamos a cortar la calle. Estamos todos unidos en esto y no vamos a aflojar justo ahora que hemos conseguido que nos escuchen". La afirmación pertenece a Jorge, vocero del grupo de 70 familias que durante toda la semana mantuvo un asentamiento en un terreno baldío de la calle Comercio, en Rivadavia. La promesa a la que hacía alusión el hombre tiene que ver con la gestión que el propio jefe de la Policía de San Juan, Miguel González, se comprometió a hacer: conseguir una reunión para el martes próximo con el titular del IPV, Vicente Marrelli, para empezar a buscarle una salida al problema habitacional de las 70 familias involucradas. "Nosotros queremos que también esté el ministro Molina, de Desarrollo Humano, porque siempre les da una mano a gente como nosotros", agregó Jorge.

Desde temprano, una gran cantidad de efectivos de la Policía de San Juan se instaló en ambos extremos de la calle Comercio. Grupos de combate, policía montada y varios patrulleros formaban el operativo, mientras el subjefe Roberto Castro esperaba que los vecinos se decidieran a dejar el asentamiento. Sobre las 10 de la mañana, empezaron a caer los primeros ranchos y la gente, con sus cosas a cuestas, se fue yendo sin ofrecer resistencia a la Policía.