Luchadora. Verónica Álamo dijo que se siente orgullosa por haber tenido el valor de salir de la violencia de género y de, ahora, poder ayudar a otras víctimas. Ayer puso en marcha un grupo de autoayuda que estará a su cargo. 

Verónica Álamo tiene 45 años y por casi 3 décadas soportó el constante maltrato verbal y los golpes de su esposo y padre de sus 7 hijos. Finalmente decidió buscar ayuda para salir de este flagelo y hasta se dedicó a ayudar a otras víctimas de violencia de género. Fue luego de que su marido la violara e intentara matarla. Dijo que "el miedo a que te maten es el motor para buscar ayuda'. Justo ayer se inauguró en Pocito el "Proyecto María', un lugar para darles contención y asistencia a las mujeres golpeadas, que Verónica se encarga de dirigir. 


El primer año de matrimonio transcurrió con normalidad, pero a partir de entonces los agravios verbales y el maltrato físico de parte de su marido se convirtieron en una rutina para Verónica. Tormento que soportó durante 29 años por la angustia que le provocaba pensar el quedarse sola con sus hijos. "Dependíamos de su sueldo y eso era una de las limitaciones para buscar ayuda. Pero la cabeza me hizo un click cuando casi me mata. Creo que el miedo a que te maten es el motor para buscar ayuda. Por eso quiero convertirme en un ejemplo de superación para las demás mujeres golpeadas. Soy empleada doméstica y así mantengo a mis hijos', dice Álamo.


Luego de denunciar a su marido (está en libertad, pero con una orden de restricción), Verónica se acercó a la Fundación Moya que ayuda a mujeres víctimas de violencia de género. Allí no sólo encontró contención, sino también la posibilidad de colaborar con la causa. "Comencé a dar charlas y a ayudar con las tareas de la Fundación. Ahora voy a dirigir el Proyecto María que es un grupo de autoayuda para mujeres que atraviesan por esta problemática. Poder brindar esta ayuda me fortalece mucho más y me demuestra que valió la pena animarse a decir basta', dice la mujer.