El año pasado, el papá de Marisel Gordillo falleció y ella decidió buscar respuesta a una pregunta que mantuvo toda su vida: ¿era adoptada? Confirmó sus sospechas a través de sus tíos. Ahora, después de analizar la situación, la mujer de 42 años que vive en Pocito, tomó la decisión de buscar a su madre biológica con el objetivo de “cerrar mi ciclo”, confía.

Según el relato de sus tíos y de la madre que la crió, la historia se remonta al momento de su nacimiento, el mediodía del 18 de octubre de 1978, en la Maternidad del Hospital Rawson. Después de que la madre que la dio a luz fue recibió el alta y tomó la decisión de dejarla. “Me dicen que ella tenía unos 16 años y que cuando se alejó de mí lloraba”, cuenta ahora la mujer que es madre de 3 hijos de entre 25 y 14 años y abuela de una beba de 2. Y dice que, si bien algunos familiares dicen que aquella joven que se desempeñaba como empleada doméstica de un médico y la abandonó se llamaba Alicia Díaz, otros afirman que era de apellido Rojas.

Lo cierto es que, en esos momentos, su madre adoptiva era amiga de una enfermera del hospital, que la llamó para contarle lo que había pasado y le preguntó si quería quedarse con la beba. “Mis padres no tenían hijos hasta ese momento. Aunque los dos podían, mi papá era efectivo de la Policía Federal y viajaba mucho, por lo que estaban esperando”, revela Marisel sobre la pareja que después tuvo otros 3 hijos.

Su madre adoptiva no lo dudó, se acercó al lugar y, con ayuda de un médico, firmó los papeles tal como si ella hubiese tenido a aquella niña.

Los años pasaron y Marisel creció en medio de una familia amorosa, que nunca hizo diferencia entre ella, sus hermanos y sus primos, según asegura. Sin embargo, ella siempre tuvo la sospecha de que era adoptada, aunque no se animaba a preguntar. “No sé por qué lo sabía, nunca escuché nada al respecto. Pero son esas cosas que sienten en lo profundo, como el amor”, confía la mujer.

La muerte de su papá fue lo que le dio el impulso para tratar de salvar su duda. “Me acerqué a mis tíos y les dije: ‘Yo sé que soy adoptada’, con la intención de sacarlos de mentira a verdad. Y ellos me dijeron que sí y que era un secreto de familia por pedido de mi padre”, relata Marisel.

A esa consulta, le siguieron otras muchas que ella realizó con el fin de reconstruir su historia. Y ahora, con el apoyo de su madre adoptiva, de su pareja y de sus hijos fue más allá. Publicó su caso en el grupo de búsqueda de Facebook “Dónde estás?” e inició un recorrido que aún sigue en pie.

“Me dijeron que ese grupo era muy efectivo y que mucha gente encuentra a la gente que busca rápidamente. Me están ayudando mucho, pero se está demorando un poco más de lo que esperaba, supongo que no todos los casos son iguales”, cuenta.

Y agrega que, debido al año en que nació, en plena dictadura militar, se acercó también a consultar en Conadi, aunque su mamá le asegura que su caso no tiene que ver con la expropiación de bebés que desarrolló el gobierno en esa época.

“Ellos también me recibieron muy bien. Y, aunque no creo que sea hija de desaparecidos me están ayudando”, dice Marisel que, con su búsqueda llegó también al hospital: “Allí me dijeron que para tener información sobre las mujeres que parieron el día que yo nací tengo que llevar una orden avalada por la Justicia, -relata- así que estoy viendo si la consigo. En Conadi me están ayudando con sus abogados”.

Entre idas y vueltas, Marisel, que hoy es guardia de seguridad de una empresa privada, no pierde las esperanzas: “Yo la voy a hacer todo lo que pueda para encontrarla. Lo que quiero es saber quién es mi mamá biológica, aun cuando encuentre un no como respuesta por parte de ella. Yo no pretendo reprocharle nada ni cuestionar su decisión. Sólo quiero charlar, saber, realizar un acercamiento si está dispuesta a aceptarme. No busco otra cosa, es sólo cerrar mi ciclo”, afirma con la voz entrecortada.