Sin duda alguna la apertura del Teatro del Bicentenario significó un antes y un después en la cultura de San Juan, más aún en la vida de los bailarines locales que hasta ese momento podían aspirar a la puesta de fin de año de su instituto de danzas como la máxima expresión en el escenario; a menos que sus condiciones económicas les permitiera salir de la provincia.

Hoy, nuestros bailarines se atreven a soñar y pensar en grande.

Se emocionan con la seguidilla de maestros, coreógrafos o escenógrafos que desembarcan a estas tierras y que hasta hace un tiempo era impensado. Lidia Segni, ex directora del ballet estable del Teatro Colón, era uno de esos "nombres de oro" que forman parte del ambiente, algo que veían por la tele o en publicaciones, hoy ya fue una realidad para los bailarines tener la corrección técnica de una experta de su talla.

En este vaivén entre el ayer y el hoy, las experiencias de diferentes bailarines se entrecruzan con el sello del esfuerzo como denominador común y qué mejor que compartirlas en el Día de la Danza.

Gisela Rodríguez

"Las obras del teatro nos obligan a ser cada día mejor"

Empecé bailando flamenco a los 15 años y actualmente ya con 22 he podido integrar el cuerpo de danza de algunas obras que se han realizado en el Teatro del Bicentenario. Cada una de esas impresionantes puestas en escena nos obliga a ser día a día mejores bailarines. En mi primera obra (Cármina Burana) los chicos de la Fura impresionaban por el manejo que tenían, cómo habían programado segundo a segundo y te decían hasta cuántos pasos debías dar. Era un profesionalismo extremo, que antes no había vivido. Luego con el Lago de los Cisnes fue un boom, tener a Lidia Segni dirigiéndote es una cosa que nunca te esperas en la vida. La exigencia en los horarios, en las posturas y en el aprendizaje de las coreografías, te abre la puerta a un mundo totalmente nuevo. Un lugar lleno de desafíos profesionales que uno no estaba acostumbrado a tener, más allá de los excelentes profesores que existen en la provincia. Personas como Lidia o Phillip Veamish no tienen margen de error. Son amantes de lo que hacen y lo hacen con un nivel de exigencia extremo, si los ensayos son a las 19 horas, llegabas dos minutos tarde y no ensayabas, así de sencillo, tuvimos que acostumbrarnos a llegar una hora antes y estar listas y precalentadas a la hora de empezar el ensayo".

Aníbal Caballero

"Dejé la construcción para poder dedicarme a la danza"

Nunca pensé lo que estoy viviendo, sólo sé que quiero vivir de la danza y estar en un teatro como bailarín estable. Yo trabajaba con mi papá que es contratista y dejé la construcción para dedicarme a la danza. Es difícil porque tengo 23 y para entrar a cualquier lugar ya tengo que ser un profesional o tener una beca en el exterior. Recientemente audicioné con el Maestro Nader Hamed de la Westside Academy of Dance de Los Angeles, en Estados Unidos, y quedé seleccionado. También quiero postularme a otras becas como la de la Escuela Americana de Ballet. Yo ni sabía bailar cuarteto hasta que ingresé a una escuela de ritmos latinos y como se me daba bien la profesora me recomendó incorporar la técnica del clásico si yo quería competir, así llegué al "Ballerinas" y me enamoré del clásico. Bailar es como un poema en el que uno comunica a través del cuerpo. Cuando inauguró el Bicentenario audicioné para el Lago de los Cisnes, tenía un poco de miedo porque estaban Paloma Herrera y Lidia Segni dirigiendo, es diferente cuando uno lo tiene que hacer ante gente tan profesional. Corrigen mucho la técnica y también a expresar con el cuerpo. Luego, con Segni en Cascanueces, obtuve dos papeles de solista y ahora me preparo para la Bella Durmiente".

Brian Moyano

"Bailar en el Bicentenario fue cumplir un sueño a mi madre"

Comencé a bailar en la adolescencia de casualidad, cuando a los 13 años me invitaron a un taller de tango del Colegio Nacional, donde yo iba. Las chicas que me invitaron dejaron y yo seguí y me sumé a los otros talleres de folklore y algunos otros de clásico y contemporáneo. Tiempo después entré a un estudio de danza de folklore y hace dos años ingresé al Ballerinas. Así fue como llegué a bailar en el Teatro Bicentenario, porque cuando se hizo la audición para El Lago de los Cisnes en el 2016, me anoté por sugerencia de la directora. Yo no me tenía confianza, pero quedé junto a otros compañeros.

Fue un momento muy fuerte porque cuando se inauguró el Bicentenario recuerdo que mi mamá me dijo: Qué lindo sería que alguna vez pudieras bailar allí. Bailar en el Bicentenario por primera vez fue cumplirle un sueño a mi madre.

La experiencia que pude vivir fue única porque para "El Lago", Lidia Segni y Paloma Herrera nos dirigieron. Que ellas te hicieran las correcciones fue impactante, porque jamás lo esperé. Eso me motivó a seguir estudiando y dedicarle todo el tiempo que pudiera. A partir de allí el año pasado participé de la mayoría de las producciones de las que necesitaran bailarines o figurantes y este año audicioné para La Bella Durmiente que es en junio".

María del Valle Montes

"Cobré en Cascanueces y fui a comprarme puntas"

Bailo desde los cinco años, es una pasión para mí y ya es una forma de vida. Pero integrar la obra el Cascanueces, que fue mi primera participación más profesional, fue algo increíble. Poder bailar con la escenografía y vestuario que vino exclusivamente desde el Teatro Colón y con la orquesta, fue un paso gigante. Mentalmente tenés que estar preparado, saber que vos tenés que subirte al escenario a bailar en el marco de una de las obras más importantes del mundo. Recuerdo que no podía creer cuando cobré mi primer sueldo luego de bailar en el Cascanueces, eso para un bailarín local es algo muy importante, te incentiva, te demuestra que podés seguir apostando y perfeccionándote. Con eso me compré unas puntas nuevas para bailar y a la vez utilicé un poco para las vacaciones. También tuve la posibilidad de estar en el Lago de los Cisnes. Trabajar con Paloma Herrera y Lidia Segni es algo que nunca pensé en mi vida. Es gente de la que uno lee y ve noticias, pero estaban ahí, enseñándote, corrigiéndote, incentivándote. Paloma tiene una forma hermosa y sensible de marcarte los errores y sumado a su capacidad y su trayectoria, es algo que no te lo olvidás nunca más. Te dan fuerzas para seguir, para intentar ese sueño de conocer y bailar en otras compañías".