No quiere hablar de la tragedia de hace cuatro años y medio, ya que sólo su recuerdo aún la hace llorar. Prefiere contar que ya falta muy poco para poner en marcha un proyecto que nació tras aquel hecho trágico. Es María Apaza de Palacios, una vecina de La Bebida, que perdió a un hijo en un siniestro vial hace casi 5 años y que transformó su dolor en solidaridad. Con sus ahorros de toda la vida construyó tres departamentos contiguos donde funcionará la fundación que ella misma creó y que brindará hasta atención odontológica gratis.

María está acostumbrada a luchar. Se separó de su pareja hace 35 años y se dedicó sola al cuidado y crianza de sus 4 hijos. Todos estudiaron y se convirtieron en profesionales, manteniendo la unión familiar que siempre los caracterizó. Gracias a este lazo lograron superar en parte el dolor por la muerte de Ceferino Palacios, uno de los hermanos. Falleció tras protagonizar un siniestro vial y agonizar durante 20 días. "Ceferino tenía 40 años cuando falleció, pero siempre fue mi niño como cada uno de mis hijos. No puedo hablar de él o recordarlo sin llorar a pesar de que ya pasaron casi 5 años de su muerte. No me acostumbro a su ausencia, por eso decidí canalizar mi pena en ayudar a los demás y de esta manera tenerlo presente. La fundación que voy a abrir se llamará Ceferino Palacios en su honor", dijo María.

Para concretar este proyecto la mujer construyó tres departamentos contiguos, al lado de su almacén en Villa San Justo, en La Bebida, una zona de familias muy humildes. Usó todos sus ahorros para hacerlo y contó además con el apoyo incondicional de sus hijos.

María contó que cada departamento es de dos ambientes, tiene sanitario, todos los servicios y un destino asignado. En uno funcionará un consultorio odontológico donde atenderá gratis su hijo Diego, que es odontólogo. Otro será un aula donde los niños y adolescentes tendrán clases de apoyo y las mujeres recibirán talleres de capacitación en costura y panificación, para lo cual adquirió máquinas de coser industriales y construyó un horno. Y el departamento restante será un consultorio médico también con asistencia gratuita. "Sólo falta terminar algunos detalles de construcción para echar a andar la Fundación. Y también algunos voluntarios que se ofrezcan a dar los talleres. Por su parte, desde el municipio de Rivadavia se comprometieron también en colaborar con personal que dé clases de zumba y otras actividades recreativas y deportivas. Ojalá que la Fundación Ceferino Palacios cumple con su triple objetivo: mantener vivo el recuerdo de mi hijo, ayudar a quienes más lo necesitan y mantener mi mente ocupada para no sufrir tanto", sostuvo la mujer.