Si bien los socios del Club Andino Mercedario ya habían practicado rescates en numerosas ocasiones a otros andinistas, el papel que realizaron algunos de sus integrantes dejó un legado que hoy todavía sostiene la institución como uno de sus propósitos.

Fue el 23 de enero de 1986 cuando el colectivo que trasladaba a los integrantes de la Banda de Música del Rim 22 cayó al precipicio en El Tambolar, por la veja Ruta 12 que unía a San Juan con Calingasta. El vehículo cayó varios metros pero quedó encajado en la mitad de la ladera, por lo que se dificultaba el acceso de los socorristas a los accidentados. Enterados del siniestro, integrantes del club que estaban practicando montañismo en los alrededores se acercaron espontáneamente con la intención de colaborar en el rescate, aplicando sus conocimientos, por lo que fueron de gran ayuda.

Actualmente Javier Giuliani es el director del Grupo de Rescate de la institución que el 23 de septiembre cumplirá 75 años y destacó el espíritu solidario de sus integrantes. "No es sólo que aporten con sus propios fondos. Hay casos que respondieron a una salida, que siempre es imprevista, y fueron despedidos de su trabajo. Y en el siguiente llamado volvieron a estar, arriesgando de nuevo su puesto laboral", elogió Giuliani.

Estuvo en el rescate de Guillermo Peralta, miembro del club que fue buscado durante 12 días en abril de 2001, demandando un despliegue sin precedentes. Una vez encontrado en una grieta de 15 metros de profundidad Peralta, hizo falta una posta de 25 personas para que llegara hasta el lugar la camilla con la que lo trasladarían finalmente.

Recate de Guillermo Peralta, en 2001

Giuliani también recuerda como muy especial la búsqueda de Benjamin, el pequeño de 6 años, el año pasado en La Laja. El CAM participó en otros rescates y búsquedas que demandaron una gran tarea, aunque no fueron tan mediáticos, porque todo se resolvió en el mismo día. En promedio, son unos cinco llamados de auxilio al año que reciben. Esa frecuencia "hace difícil mantener un equipo de trabajo formado, operativo, capacitado y equipado para responder de forma inmediata en cualquier momento, evaluó, aunque eso no limita sentir "un orgullo enorme ser parte del equipo. Los lazos afectivos que hay en el club son muy fuertes". 

Un equipo de rescate en os años '70.