Se conocen desde hace años y saben de las enormes capacidades del otro. Sin embargo, no pudieron evitar sentir dudas y nervios por el enorme encargo que les habían hecho, no sólo por su tamaño, sino también por su importancia. Aun así, decidieron encarar la misión invadidos por la emoción y salieron victoriosos. Se trata de Braian Olivares, de 30 años, y Jeremías Quiroga, de 28, los artistas que le dieron vida al impresionante mural de Messi y la Scaloneta que sorprende en un comercio de Capital y fue creado después de que la Selección argentina alzara la Copa en el Mundial Qatar 2022. Ahora, los sanjuaninos compartieron con DIARIO DE CUYO la trastienda de su sorprendente obra.

Todo comenzó cuando la Selección había ganado el definitorio segundo partido contra México. Emocionado por la posibilidad de ver por primera vez campeona a la Selección, Jorge Otarola, dueño del local El Corcho, en la esquina de Mitre y Salta, hizo una promesa que compartió con sus amigos por WhatsApp: si la Selección conseguía el título le dedicaría las paredes de su local a un mural de Argentina.

El tiempo pasó, la Scaloneta fue avanzando y aquel 18 de diciembre, ni bien Lionel Messi alzó la Copa, inició la búsqueda de quienes serían los encargados de pintar el mural. Al principio no sabía a quién asignarle la tarea, sobre todo porque temía que no quedara bien. "Yo no había empezado a buscar antes porque no quería ser yeta. Así que después del partido tuve que apurarme", cuenta Jorge.

Mientras consultaba a distintas personas, el lunes posterior a la final llegó al local uno de sus clientes habituales, el dueño de la academia de arte que queda a media cuadra de su negocio. "¿Vos conocés a alguien que haga murales", consultó Jorge. Y su cliente le respondió: "Sí, el profe de Dibujo hizo uno en el taller".

De ese modo, Jorge llegó hasta Braian. "Él me contó su idea y me preguntó si podía encargarme. Le dijo que sí. El problema es que yo, en general, hago retratos, pero son trabajos más pequeños. Si bien hice algunos murales, no es a lo que más me dedico. Entonces le dije que podía trabajar con un amigo que es muralista y que le podía mostrar algunas de sus obras", cuenta Braian sobre lo que sucedió en ese momento.

Y agrega: "Jere sí tiene experiencia en obras grandes porque él, además de ser letrista, se dedica a pintar banderas para egresados. Así que le ofreció a Jorge fotos de sus trabajos y le gustaron". Ahí empezó la tormenta de ideas y la mezcla entre lo que habían imaginado Jorge y su esposa y las propuestas de los artistas. Luego de un boceto y dos modificaciones, el diseño, que contaba con ocho imágenes distintas, finalmente estaba listo.

Justo una semana después de terminado el Mundial, Braian y Jeremías iniciaron la tarea. "Empezamos el domingo por la noche, porque usamos un proyector para calcular las dimensiones de algunas imágenes. Principalmente del colectivo de la Scaloneta, porque era un dibujo con muchos detalles y no teníamos un espacio de grande. A la mayor parte del resto de los dibujos la hicimos después, de día, a mano alzada", relata Braian y afirma que, justo 7 días después de eso, él y su compañero pudieron lavar los pinceles dando por finalizado el trabajo.

Los artistas habían compartido mucho tiempo juntos antes de iniciar la obra. Se conocieron mientras estudiaban Artes Visuales. Braian, quien ya se recibió, trabajaba como ayudante de cátedra mientras Jeremías estudiaba en una de sus clases. Después, coincidieron en varias muestras de arte y se terminaron haciendo amigos. "Cuando lo llamé y le propuse hacer el mural me dijo que sí de inmediato. Estábamos muy emocionados con el Mundial y nos pareció una oportunidad única para expresar ese sentimiento", cuenta Braian.

Diego alentándolo a Lionel. Los rostros eran lo que más preocupaba a los dueños del negocio y a los artistas. Pero el trabajo final impresiona por su buena calidad: Messi y Maradona, cada uno besando la Copa, son dos retratos gigantes que quedaron vívidos en esa esquina del centro, para admiración de todos.

Pero sobre ellos pesaba también una enorme carga. El artista confía que "para nosotros era una responsabilidad grande. Con Jeremías nos decíamos: Tenemos que tratar de hacerlo lo mejor posible, para que no sea motivo de burlas".

Fueron quienes pasaban los que les dieron confianza. "Mientras trabajábamos la gente pasaba y nos decía muchísimas cosas como está igual, nos encanta. Hasta desde los colectivos nos gritaban cosas, por suerte siempre buenas", sostiene Braian.

Los que también estaban preocupados al principio eran Jorge y su esposa. El comerciante comenta que "cuando le conté sobre la promesa a mi esposa estuvo de acuerdo. Pero mi pidió que no hiciéramos rostros, porque es muy difícil que queden bien. Después, vimos los trabajos de los chicos y nos animamos. Lo primero que pintaron fue la imagen de Messi besando la Copa y cuando la vimos nos quedamos tranquilos de inmediato".

Al respecto, Braian comenta: "Cuando terminamos el mural, la recepción de la gente fue única. Se acercaron muchísimas personas. Incluso personas mayores, que se emocionaron y hasta nos contaron sus experiencias con los mundiales anteriores que ganó Argentina. Hasta hemos recibido muchas propuestas de trabajo. Nunca pensamos que iba a tener tanta repercusión y no es una cuestión de ego, sino que te llena el alma. Te hace sentir que lo hacés bien".

En números

8 son los dibujos que componen el diseño total, que hasta respeta la tipografía que se usó en las camisetas, y hay una bandera que rodea parte de las paredes.

3 metros tiene de altura. Messi con la Copa, una de las imágenes más grandes, tiene más de un metro de ancho por un metro y medio de alto.

4 litros de látex de exterior usaron en el mural, de colores blanco, negro, azul y amarillo. Además crearon tonos propios directamente sobre las paredes.