Las residencias estatales funcionan en casas de barrio y a lo largo de su historia fueron cambiando de nombre en pos del bienestar de los menores que alojan. Primero se llamaron Institutos para Menores, luego Hogar de Menores y finalmente Residencias Estatales de modo que los chicos no se sientan institucionalizados.


También crecieron en cantidad para brindarles mayor comodidad y contención. ’En cada casa se alojan como máximo 8 chicos que disponen de habitaciones compartidas, pero espaciosas. Todos están a cargo de las cuidadoras que los acompañan en todas las tareas que realizan’, dijo Marcelo Bartolomé.


En las residencias los chicos no sólo cuentan con asistencia en cuidado, alimentación y alojamiento, sino que también disponen de un profesor de Educación Física y uno de Recreación que todas las semanas organizan actividades para entretenerlos. Claro que en época de clases este entretenimiento se hace en forma más distanciada para no interferir con el estudio de los chicos. Es que todos asisten a la escuela, incluso a clases de danza o a la práctica de deportes como lo hace cualquier otro chico. ’Tratamos que lleven una vida como cualquier otro para que no se sientan diferentes y para que cuente con más herramientas para su inserción social. También los llevamos a los cumpleaños a los que son invitados y hasta a campamentos’, dijo Bartolomé. 


Mayor contención y ayuda reciben los chicos a partir de los 16 años. A esa edad se los comienza a preparar para el egreso de la residencia que ocurre cuando cumplen 18 años. La preparación consiste en la capacitación en un oficio y salidas permitidas para que aprendan a desenvolverse solos. ’Hay que tener en cuenta que cuando a los 18 años se van de la residencia se encuentran solos, sin familia y sin un lugar donde vivir. Por eso tratamos de darles herramientas para que puedan afrontar esta situación’, agregó el funcionario.


Dijo que, a pesar de que los chicos cuando salen ya son mayores de edad, el Estado los sigue acompañando. Tras el egreso y por un año los ayuda con un subsidio para alquilar y les hace un seguimiento para ver sus condiciones de vida y necesidades.
 

Otra residencia para menores

La Asociación Casa Cuna fue creada en junio de 1960. Se encuentra dentro del Hospital Rawson y asiste a niños abandonados o con problemas judiciales. No depende del Estado y trabaja con voluntarios que se turnan para cuidar a los chicos. Desde que fue inaugurada albergó a más de 1.300 niños abandonados y con problemas judiciales. Su personal también cuidó a más de 1.720 pequeños cuyas madres estuvieron internadas en el Hospital Rawson y que necesitaron que alguien cuidara de sus hijos mientras ellas permanecieron internadas.

Además cuidaron y contuvieron a más de 4.000 chicos, hijos del personal del hospital, tareas que continúan desempeñando en la actualidad. Debido a las numerosas tareas que llevan adelante y a la cantidad de chicos que cuidan, Casa Cuna emprendió una campaña para conseguir voluntarias que quieran sumarse a esta misión y donaciones de leche, pañales y todo lo que se pueda aportar para mejorar la calidad de vida de los niños. En este marco, el próximo 26 de marzo llevará a cabo un desfile para recaudar la ayuda de los sanjuaninos. Será en la sede del Club Alto de Sierra, en el departamento Santa Lucía. El valor de la entrada es de $30, pañales o leche.

Los lugares

12 Es la cantidad de residencias estatales donde se alojan los menores que fueron desvinculados de sus familias. 

Algunos cambios

Tras algunos cambios los dos juzgados de Menores se abocan actualmente exclusivamente al ámbito penal y la competencia civil que tenían pasó a los de Familia. En este contexto se creó un tercer tribunal. Además se crearon dos Fiscalías y dos Asesorías de Menores.

Trabajo en equipo

Actualmente, miembros de la Dirección de la Niñez, de los Juzgados de Menores y de la Secretaría Social se reúnen cada 15 días para evaluar las condiciones de los chicos en disponibilidad de adopción y para debatir las características y condiciones de los postulantes.