Habían pasado unos minutos de las 20 del viernes y Alfredo Frías (32) ya estaba instalado en la casa de su hermana con su mujer y sus tres hijos para celebrar año nuevo, cuando un sobrino le avisó que, a unos metros, en la humilde casa que le prestan en Aberastain, metros al Norte del cruce con 13, en Pocito, había humo. Alfredo y otros familiares parecieron aniquilar ese fuego que, pensó, lo inició alguna cañita voladora porque en esa habitación no tiene electricidad. Pensaba así porque en Navidad uno de esos objetos había incendiado unos árboles y parte del fondo de la vivienda. Pero no todo terminó ahi: en pleno brindis, las llamas y el humo resucitaron con el viento, y entonces el fuego acabó con tres camas, una mesa, seis sillas y la ropa de los niños en una habitación, hasta que los bomberos evitaron un desastre mayor. "Prácticamente quedamos sin nada", se lamentó ayer el jornalero. Si alguien desea ayudar a la familia puede llamar al 154-573731.