Antequera y Pocito comparten muchas cosas. Son dos ciudades de dimensiones parecidas (45.000 la primera, 65.000 la segunda), tienen perfiles productivos similares y dependen del funcionamiento de sus hombres de campo.

Pero además han emprendido por cuerda separada la misma manera de planificación: un plan estratégico que les digan hacia dónde enfocar el crecimiento, dónde depositar los esfuerzos.

Eso hizo que el intendente Sergio Uñac y el alcalde de Antequera, Ricardo Millán Gómez, compartieran más de una momento de cordialidad. Se conocieron en una reunión de municipalistas en Montevideo y desde allí cultivan buenas relaciones. El ayuntamiento español ofreció una cálida recepción al grupo sanjuanino en el imponente salón de Plenos. Y luego hubo un encuentro en la oficina del alcalde, en medio de un soberbio mobiliario de hace cuatro siglos.

En el intercambio de buenas intenciones, comenzó a sonar la posibilidad de una hermandad entre ambos pueblos, al estilo de lo que ocurre con varias ciudades sanjuaninas y europeas. Señales de buenas vibraciones, que alguien quizá en algún momento pueda traducir en buenos negocios también.