Ninguno de los super héroes de Marvel o de DC. Ni siquiera de los perritos de los dibujitos que tanto les gusta, Paw Patrol. Cuando su mamá Berta le preguntó a Federico que quería como ‘leitmotiv’ para celebrar sus 4 años, el niño no dudó en responder que quería que fuera “de la policía”. Y enorme fue la sorpresa que tuvo cuando fue saludado por efectivos de la Comisaría 5ta., con regalo incluido, al momento de soplar las velitas mientras le cantaban el ‘Feliz cumpleaños’ en su casa, el pasado jueves. El asombro del pequeño terminó coronando un festejo que se transformó en inolvidable para la familia Vidable Rojo y en un agradable recuerdo para los propios efectivos policiales.

Torta con diseño especial

“Desde los dos años empezó a interesarse por todo lo relacionado con la policía y a definir ese gusto. Si hay policías, ve los dibujitos y aprende las canciones. El solo empezó a pedir juguetes de la policía. Si bien tiene un tío que trabaja en la policía, nunca lo vio con el uniforme. Vivimos  a una cuadra de la Comisaría 5ta. y se fascina cada vez que ve un patrullero o a un uniformado. Es su héroe”, describió Berta. Hermano mayor de Martina, de 6 meses, Fede siempre le dice que la va a proteger y le canta una canción de otro dibujito, llamado Bebé Juan: “Yo soy policía y te protejo noche y día”.

Con la intención de agasajar al cumpleañero lo mejor posible, Berta se encargó de armar todo el cotillón (imprimió escudos y otras figuras y las adhirió a las bolsitas de regalo y a los vasos), compró globos azules para decorar y hasta la torta fue decorada con motivos policiales. Y con su esposo, Mauricio, se les ocurrió otra idea para que el primogénito tuviera un cumpleaños inolvidable.

El mismo jueves, Mauricio se acercó por la comisaría, propuso la idea y logró el ok. Luego de cumplir una ronda, el comisario Carlos Narvaez y los agentes Silvana Palma, Daniel Funes y Elio Bravo pasaron a saludar por la casa y obsequiaron al cumpleañero una gorrita de la Policía de San Juan, para luego cantar el ‘cumple feliz’. Fue un puñado de minutos, suficientes para que el chico viviera un día inolvidable.

“No lo podía creer, estaba calladito. Cuando entró en confianza, le dijo al comisario Narváez que también era amigo de los bomberos. Realmente fue muy emotivo”, concluyó la emocionada mamá.