Cree en los milagros, pero más cree que con fuerza de voluntad todo se logra. Y es un ejemplo de superación. Se trata de Sergio Mendoza, un chef de 48 años que, tras operarse de párkinson y volver a caminar, corrió un maratón de 42 kilómetros. Dijo que es de perfil bajo, pero que quiso contar su historia para dar un mensaje de esperanza a quienes padecen esta enfermedad, y de incentivo a los jóvenes para que lleven una vida sana.

Su pasión fue siempre la actividad física, y dentro del rubro, el triatlón. En su juventud se mantuvo siempre activo, participando en diferentes competencias. Pero todo cambió drásticamente cuando tenía 30 años. "Estaba en la pileta, entrenándome para otra competencia, cuando sentí los músculos rígidos, algo que nunca sentí antes. Ese fue el principal síntoma del párkinson que tuve", contó Sergio.

El hombre agregó que de ahí en más todo sucedió muy rápido. Los médicos le diagnosticaron la enfermedad y en un par de meses ya no podía caminar y necesitaba ayuda hasta para comer y bañarse. De todos modos, no se permitió bajar los brazos. "Seguí el tratamiento al pie de la letra y averigüé de la cirugía de párkinson que hacían en San Juan y decidí operarme, aunque me topé con el obstáculo de su costo, que era muy elevado. Pero ahí recibí una de las tantas lindas sorpresas que me dio la vida", sostuvo el hombre.

Comenzó a preparar y vender empanadas y pizzas caseras para recaudar fondos. Y como era muy conocido en el ámbito deportivo, desde los gimnasios organizaron una colecta que resultó un éxito. "No podía creer que tanta gente desconocida colaborara con mi operación. Sin esa ayuda no hubiese logrado operarme y recuperar mi vida", dijo el atleta.

En 2019, Sergio se sometió a la cirugía que se realizó en la provincia con la participación de médicos sanjuaninos y de Buenos Aires que le implantaron una especie de chip subcutáneo que le envía señales de energía a las neuronas que "el párkinson mató". Salió del hospital caminando por sus propios medios y a los 2 meses comenzó a andar en bicicleta y a retomar la actividad deportiva. Ahí le surgió la idea de concretar su sueño: correr el Maratón de Buenos Aires, de 42 kilómetros. "Participé en un maratón acá y me sentí muy bien, entonces empecé a entrenar para competir en Buenos Aires el pasado 24 de septiembre. Entrené durante todo el invierno y eso me sirvió para completar todo el recorrido. Fue una experiencia inolvidable porque fue una competencia contra mí mismo y contra la enfermedad", sostuvo.

Sergio se define como un hombre al que siempre le gustaron los desafíos y muy agradecido de las "bendiciones" recibidas como fue el salvarse de morir en el atentado de las Torres Gemelas en Estados Unidos, en 2001. "Hacía 8 años que vivía en Manhatan, donde pude estudiar gastronomía. Trabajaba en un restorán que estaba al lado de las Torres cuando fueron atacadas. La verdad que fue un milagro que me salvara. Hasta ahora no me olvido de esa imagen de destrucción y desesperación. Tras ese atentado volví a San Juan a seguir con mis dos pasiones: el deporte y la gastronomía", sostuvo el hombre, quien agregó que actualmente es el chef a cargo del buffet del Hospital Rawson, donde todos los días almuerza el personal. "Soy agradecido por todo lo que he recibido y logrado, por eso quiero decirle a la gente que si se quiere, se puede. Y a los jóvenes, que hagan deportes y lleven una vida sana porque los beneficios son innumerables", sostuvo.