EL REY PELUSA. El espectáculo del ídolo del cuarteto duró casi una hora y media. El público por momentos se cubrió con las sillas por la lluvia.

La Fiesta de Albardón tuvo una nueva edición y como es costumbre, el Parque Latinoamericano se llenó de gente. Este año la convocatoria del sábado, hasta comenzada la madrugada de ayer, fue increíble. Más de 30 mil personas coparon el espacio verde, que está en el corazón del departamento y bailaron si parar con las canciones del Rey Pelusa, el sábado en la noche. Anoche, al cierre de esta edición estaba celebrándose la última jornada del festejo, con la actuación de Víctor Heredia, entre otros artistas. La gente que disfrutó de esta fiesta, llegó desde varios departamentos y algunos estuvieron más de 10 horas.

Desde primera hora de la tarde el Parque Latinoamericano comenzó a llenarse de gente, mientras que en la noche todo el espacio verde se tiñó de miles de colores debido a la cantidad de reposeras, sillas, mesas y lonitas que la gente usó para estar cómoda. Familias, grupos de amigos y mucha alegría fueron parte de las postales que se pudieron observar durante el festejo.

En los juegos. Los juegos de plaza del Parque Latinoamericano estuvieron llenos de chicos.

Este año el público llegó desde distintos puntos de la provincia. "Nos vinimos en colectivo bien temprano porque el viaje es largo. Salimos de casa como a las 18", dijo Susana Más, de Pocito. Al igual que ella, unas familias de Santa Lucía y Zonda comentaron que todos los años disfrutan de la Fiesta de Albardón y que no les importa la distancia porque siempre se divierte. "Llegamos antes de las 20 para poder ubicarnos en un lugar cómodo y desde esa hora los niños están disfrutando de la fiesta", agregó Roberto Gómez, de Rivadavia.

En el Parque Latinoamericano el público se adueñó de todo el espacio verde y disfrutó del festejo como si se tratara de un picnic popular. Conservadoras llenas de bebidas, comida y hasta el mate fueron algunas de las cosas que los grupos de amigos y las familias llevaron para no moverse del lugar.

Bien preparados. Los artesanos y vendedores ambulantes debieron tapar sus productos con nylon por la lluvia.

La fiesta arrancó cerca de las 22, cuando el espacio verde ya lucía totalmente lleno, sin embargo la gente siguió llegando hasta pasada las 2 de la mañana, cuando el Rey Pelusa ya estaba por la mitad de su espectáculo. Y si bien por momentos la lluvia amenazó con aguar este festejo la gente no se sintió atemorizada y siguió disfrutando. Con cartones, bolsas, sombrillas y hasta con algunas sillas el público se cubrió por momentos de las gotas que sólo hicieron que la temperatura subiera un poco más. Incluso hasta Pelusa felicitó a su público por el aguante que le hicieron y porque la gente acompañó al máximo de su show. "Qué linda noche. Me encanta estar un lugar donde la gente usa las sillas para taparse la cabeza", dijo entre risas el artista que deleitó con sus clásicos a chicos y grandes; e hizo que el público hasta bailara con algunas de sus canciones más populares.

Antes de que el Rey Pelusa subiera al escenario, actuó durante casi una hora y media, hubo varios espectáculos locales que hicieron que el público entrara en calor y disfrutara la previa de ese gran momento. Folclore y hasta música lírica fueron parte de estos shows que también fueron ovacionados por el público.

La feria. Antes de acomodarse para ver los espectáculos el público visitó el Paseo de los Artesanos. Mates, adornos y algunos postres fueron los más vendidos.


 

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Para comer

Si bien mucha gente llegó con la comida lista para disfrutar, en el Parque de Albardón hubo muchos puestos que vendían sánguches, panchos, hamburguesas y pizzas, y que estuvieron llenos de personas.

Artesanos

Un clásico de la Fiesta de Albardón es la Feria de Artesanos. Desde la Municipalidad comentaron que cerca de 60 artesanos del departamento formaron parte de este espacio que fue muy visitado por el público.

Estacionamientos

Las calles del departamento estuvieron llenas de autos estacionados. Incluso, algunos vecinos abrieron el patio de sus casas para que la gente guardara las motos y hasta las bicicletas; y estuvieran seguras.