Que para colocar piercing debe utilizarse materiales esterilizados y descartables. Que las personas que los colocan deben tener libreta sanitaria. Y que los menores deben ir a ponérselos con autorización de sus padres, está establecido en una ley provincial vigente desde el 2005. A pesar de eso, el Concejo Deliberante de Capital decidió tratar mañana una ordenanza que volverá a regular la colocación de los piercing, superponiéndose a la normativa actual. El autor del proyecto dijo ayer desconocer que exista alguna ley provincial al respecto.
"El año pasado un niño de unos 13 años tuvo problemas de salud por un piercing. No se supo si se lo habían colocado los amigos o si había ido a un local", comentó Pedro González, el concejal del Frente para la Victoria que presentó el proyecto. Y agregó que "a partir de ahí me aboqué a la búsqueda de normativas que regulan la actividad y no encontré antecedentes nacionales ni provinciales. Sólo hay normas en algunos partidos de Buenos Aires".
Pero en San Juan existe la Ley 7635, sancionada en octubre de 2005, para regular la actividad de tatuajes y piercing. En su artículo 7, invita a los municipios a adherir. Pero el proyecto de Capital no es de adhesión, sino que encara el tema de cero.
Esta ley y el proyecto de ordenanza son opuestas en un aspecto: la primera plantea que los menores de 18 años no pueden colocarse piercing sin la autorización de sus padres. En cambio, el segundo habilitaría a los mayores de 13 ó 14 años a ponerse el adorno sin autorización, según dijo González, ya que aún no definen edades. Y ninguna ordenanza puede contradecir a una ley provincial.
A su vez, ambas normas tienen puntos en común. Establecen que los locales deben ser habilitados por Salud Pública y que el material debe ser descartable. Los "piercers" consultados por este diario dicen tener esa habilitación, en el marco de la ley existente, y que incluso Salud los controla cada tanto.
Por su parte, la ley establece que deberá hacerse campañas de promoción para evitar consecuencias nocivas para la salud y penas para las infracciones. Estos puntos no están contemplados en el proyecto municipal, que agrega la creación de un Libro Registro, con los datos y la firma de quien se haga el piercing.