Veladero es, ante Pascua Lama, la mejor carta de presentación para los trabajadores mineros y prestadores de servicios locales. Desde 2005 a la fecha la evolución en mano de obra calificada y calidad de servicios fue categórica.

Cuando comenzó el proyecto iglesiano, a pesar de ser San Juan una provincia con tradición minera, apenas participaba en la provisión de servicios especiales o carecía de especificidad para la minería. Veladero fue el “shock” y en cierto modo planteó un camino inequívoco: o los empresarios se ponían a tono con las exigencias o quedaban fuera del negocio minero.

Así llegó la evolución por diferentes frentes. Las empresas con la incorporación de tecnologías y capacitación de su personal. Los claustros con la formación de nuevos profesionales en carreras afines e inclusive, los medios, porque en la redacciones y áreas de prensa hubo que empezar a incorporar terminología antes reservada a geólogos e ingenieros. 

“Veladero nos ha enseñado bien y hemos aprendido bien, de manera que a Pascua Lama por más grande que sea ya lo tomamos de otra forma, con más seguridad”, comentó al respecto Adrián Cellura, presidente de la CEPSM.

“Se ha aprendido sus condiciones, sus requisitos y fundamentalmente se ha asumido responsabilidad en todo sentido; en la seguridad en el trabajo, en el cuidado del medio ambiente y en las prácticas de mejoras continuas”, opinó el presidente de la Cámara Minera de San Juan, Ricardo Martínez.

Fabrizio Benedetti, titular de la Cámara Argentina de Empresas Prestadoras de Servicios Mineros, CASEMI, destacó: “Nada tenemos que envidiarle a cualquier empresa o profesional que llegue de afuera. Hoy estamos a la par, nuestras empresas pueden ofrecer calidad de primer nivel y podemos competir en igualdad de condiciones con proveedores nacionales e internacionales”.

Así las cosas y con un anuncio que materializó sueños, pero que sobre todo aceleró tiempos, San Juan deberá demostrar ahora cuán apto está para semejante desafío.