-¿Cómo vivió el último terremoto sufrido por el vecino país de Chile?

-Fue bastante difícil, al principio me preocupé bastante ya que tengo familia en Santiago, mis padres y el resto de la familia habita en la capital de Chile. Cuando me enteré que había sido un terremoto el que había producido el sismo en la provincia de San Juan traté de comunicarme con mis padres pero durante las primeras horas fue imposible. Yo nací en Chile, viví toda mi niñez y adolescencia allí, pero me viene a estudiar ingeniería a San Juan hace muchos años. Me titulé, trabajé aquí y conformé mi familia en esta provincia, por eso me siento más argentino que el mate.

-¿Qué sentimiento le produjo el sísmico que sufrió la provincia tras el terremoto en Chile?

-Me hizo recordar mucho al terremoto que sufrió San Juan en 1977. Recuerdo que mi habitación se movía como una cajita de fósforos sacudida por un gigante. Se vivieron momentos muy difíciles en relación a las construcciones edilicias.

-¿Qué problemas en materia edilicia hubo dentro de la ciudad de San Juan?

-Recuerdo que los edificios más afectados luego del terremoto del ´77 en San Juan, fueron los de la Facultad de Ingeniería. Esto fue casi irónico, se hacían muchos chistes al respecto. Pero hay que tener en cuenta que no todos los suelos son iguales. Los terrenos de la Facultad de Ingeniería tienen un tipo de suelo diferente al del resto de la ciudad de San Juan, es por eso que los edificios reaccionan distintos en relación al sismo. Son distintos tipos de suelo los que componen la ciudad de San Juan. Quizás esto es lo que ha pasado en Chile en relación a los edificios inaugurados en 2009 que se cayeron luego del terremoto.

-¿A su entender, los sanjuaninos son consientes de la peligrosidad de los sismos?

-Por supuesto que sí. Basta decir que el terremoto del ´77 fue mucho más fuerte que el del ´44, pero casi no produjo víctimas. Esto implicó un cambio de conciencia total en la manera de edificar cualquier tipo de construcción en la provincia de San Juan. Incluso cuando se realizan construcciones clandestinas los obreros utilizan más hierro y más concreto de lo que es necesario, porque incluso a este punto ha llegado la conciencia de la importancia de la seguridad sísmica en San Juan.

-Si San Juan sufriera un terremoto como el que sucedió recientemente en Chile ¿resistiría de mejor manera los embates del movimiento sísmico?

-Sí, creo que soportaría mejor los embates. Pero hay que tener en cuenta que los edificios si sufrirían daños y la ciudad también. Lo importante es que los edificios no colapsen. La mayoría de los edificios de la provincia son sismo-resistentes en relación a movimientos sísmicos medianos y fuertes, entre 7 y 8 grados. Hay que tener en cuenta que no existen edificios que puedan soportar un terremoto de 12 grados. No sería económicamente viable construirlos, sumado a que un movimiento de tanta magnitud de por sí produce daños.

-En relación a la actividad minera de Chile, ¿qué opinión le merece en relación al terremoto que sacudió al país trasandino?

-Luego de un sismo de tal magnitud, la industria minera chilena merece mi mayor respeto. Hay edificios colapsados, hay fallas en relación a las alarmas de maremotos (el mayor problema que produjo el terremoto), sin embargo, no hubo fallas en relación a los diques de colas, piletas de contención y demás instalaciones de las distintas minas de Chile. Es verdad que suspendieron sus actividades luego del terremoto pero debido a los cortes de energía, apenas se restituyó la corriente, las mineras restablecieron inmediatamente sus labores.