Actualmente se utilizan drogas químicas para detener la propagación de la varroa, pero finalmente terminan afectado más a la propia abeja y desarrollando la resistencia de la varroa. Es por este motivo que un colmenero checo, el Dr. Romano Linhart, ha trabajado en la construcción de un método termo terapéutico para exterminarlas.
Así creó una colmena que funciona mediante la absorción de la luz solar, elevando la temperatura dentro de ella y que las abejas pueden soportar, pero el ácaro no.
El sistema fue patentado en 2014 y funciona finalmente como una nueva tecnología limpia, que no sólo se compromete a hacer frente a una plaga que ha costado miles de millones de dólares a la industria de las abejas, sino que también aumenta los rendimientos.
