El bonsái es sinónimo de buena fortuna, equilibrio espiritual, contemplación y relajación a través del contacto con la naturaleza según la cultura japonesa. Si bien la tradición de cultivar árboles enanos en macetas o bandejas nació en China, fue adoptada por Japón y de allí se expandió y popularizó por todo el mundo.

Estas plantas otorgan una belleza particular en cada hogar, pero hay ciertos aspectos a tener en cuenta a la hora de cuidarlos, para evitar que se estresen o reducir su vida útil ya que, al ser árboles, con las atenciones necesarias podrían vivir hasta cientos de años.

Los cuidados dependen en gran medida de la especie, aunque hay unos mínimos básicos comunes para todas las especies.

Ubicación

Por lo general, se trata de plantas de deberían estar situadas en el exterior, pero algunas especies han sido adaptadas para poder sobrevivir en interiores. Para ambos casos hay que buscar un lugar que este al resguardo de las ráfagas de viento y con excelente iluminación, pero que el sol no les dé de manera directa, mucho menos si está detrás de una ventana, ya que el efecto lupa puede quemar la planta.

Hay que procurar que reciba la mayor cantidad posible de luz natural durante el día, de forma que mantenga sus hojas vivas y ramas creciendo.

Riego

Uno de los principales problemas que puedes enfrentar si no tienes un cuidado especial con el riego es que las raíces se pudran. Para evitar eso, ten a mano un palo de unos 15cm aproximadamente e introdúcelo en la maceta. Si sale húmedo, no riegues el bonsái.

Al realizar el riego se debe evitar que la tierra quede encharcada, por lo que una regadera o similar es excelente para humedecer la planta. Pulverizar las hojas del bonsái también es recomendable, para limpiar el polvo y mantenerlas frescas, pero ¡ojo!, la pulverización no sustituye el riego.

Hay que tener en cuenta dos aspectos: si las hojas se tornan de color oscuro y comienzan a caerse, es porque se está excediendo en la cantidad de agua; y si sobre la base de la maceta hay musgo, la humedad se concentrará más por lo que el riego debe ser más espaciado.

Abonado

En el mercado se pueden encontrar abonos especiales para bonsáis, con todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de la planta.

Lo ideal es realizar el abonado a principios de la primavera y el otoño, siendo esta última la temporada que más abono reciba, mientras que en primavera las porciones deberían ser más pequeñas.

Si tienes dudas sobre el abono, consulta en el lugar donde estés adquiriendo el bonsái cuál es el abonado que ha estado recibiendo con anterioridad, para no estresar la planta ni cambiar su rutina.

Poda

Este trabajo debe ser realizado con mucha dedicación, ya que es la acción que hará que el árbol consiga la forma adecuada, además de estimular su desarrollo, fortalecerlo y conseguir un follaje tupido aún en las ramas más bajas.

Debe realizarse durante la temporada de inactividad del bonsái, es decir, cuando no este en crecimiento, o para expresarlo de otra manera, el periodo que hay entre la caída de las hojas y la brotación.

Al adoptar un bonsái, procura recortar las ramas que crecen en nuevas direcciones y sobre todo limitar el crecimiento hacia arriba de las ramas principales para favorecer a las más pequeñas y motivar un follaje mayor. El corte, o pinzado, debe ser longitudinal con ayuda de unas tijeras bien afiladas.

Trasplante

Si se esta cuidando un bonsái joven, la recomendación es realizar el trasplante cada dos años, y cada tres o cuatro si se trata de un árbol maduro.

Dependiendo de la especie, son los cuidados que hay que tener en cuenta a la hora de realizar el trasplante, pero hay algunas pautas generales que se pueden seguir.

Herramientas: Tijeras bien afiladas, rastrillo, corta alambres, un palo pequeño y la maceta nueva.

Si el bonsái nunca fue trasplantado, es probable que este sujeto a la maceta con alambres. Para comprobar esto se debe observar en la parte inferior de la maceta y si es así, hay que cortarlos.

Al sacar el árbol de la maceta con ayuda del rastrillo, retirar el sustrato raspando con el palo pequeño para luego recortar las raíces solo aquellas que hayan crecido en forma excesiva con la tijera. En general se recomienda no recortar más del 25 o 30% del total de las raíces.

Antes de colocar el bonsái en la maceta nueva, que puede ser del mismo tamaño o un poco más grande, hay que realizar en la base agujeros para el correcto drenaje del agua. También se puede añadir un alambre en forma de U para estabilizar la planta, tal como estaba ubicada en la maceta vieja.

Rellenar la maceta con una capa de sustrato tipo grueso, y una de sustrato normal para colocar el bonsái y añadir más sustrato hasta cubrir la base del árbol. Con ayuda del palo o de las manos, apretar la tierra para eliminar posibles bolsas de aire y regar.

Bonus Track

Para obtener un crecimiento ordenado y parejo, hay que procurar girar el bonsái cada 15 días, así lo hace en todas las direcciones, ya que las plantas tienden a girar en una sola dirección, en búsqueda de la luz solar.

Si bien parece que el bonsái merece mucho más cuidado y atención que otras plantas, hay que recordar que pasar tiempo con él brinda relajación y alivia el estrés, algún muy necesario en épocas actuales.