
Más conocido como el "obispo villero" por su trabajo en el conurbano bonaerense, Monseñor Gustavo Carrara visitó recientemente San Juan dictando el retiro anual de la Comisión de Justicia y Paz del arzobispado local para los líderes políticos, sindicales y empresariales de San Juan y dialogó con Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO:
– Monseñor Carrara, ¿qué mensaje les da a los agricultores de Fecoagro y promotores de un ícono social como el Prohuerta, abandonados por el Estado nacional?
– El mensaje es confiar en sus potencialidades, en su laboriosidad y su espíritu de lucha que los caracteriza. Que las herramientas que puedan llegar a tener no las desaprovechen e intentar esa agricultura familiar que, bien cuidada y pensada, permite alcanzar el pan de cada día a su mesa.
– San Alberto Hurtado le decía a los empresarios "la caridad comienza donde finaliza la justicia", ¿es un concepto a desarrollar más en Argentina…?
– Sí, claro que sí. Siempre hay lugar para la caridad. Sobre todo en condiciones de mucha injusticia social. Porque la caridad siempre me invita a hacer más de lo que a mí me toca, con ansias de llegar a los que más sufren.
Es tiempo de extender la caridad como entrega de la propia vida para que otros vivan mejor.
– Monseñor, ¿por qué su entrega a los que más sufren?
– Bueno, Jesús nos marca un camino de entrega. Su evangelio es alegría para aquel que lo conoce. Y su evangelio nos dice que si salimos de la autorreferencialidad como nos dice el papa Francisco y buscamos construir la cultura del encuentro, encontramos un camino de felicidad, libertad y de paz.
Por eso trabajar por la amistad social es trabajar por la paz y eso nos hace ser hijos de Dios.
– Entonces sin justicia social, tampoco hay paz social…
– Evidentemente sin amistad social, sin justicia social, no hay paz verdadera en nuestra patria. ¿Cómo tener paz en el corazón, cómo tener paz en una sociedad si hay desigualdad profunda; si hay niveles de indigencia profunda? ¿Quién se puede sentar a comer su propio pan en paz? Aquel que por ahí se encierra mucho en su egoísmo y eso lo transforma en un hombre o una mujer sumamente infeliz, aunque tenga muchas cosas.
– En Argentina, ¿quiénes son los mayores hacedores y quiénes los mayores deudores de la paz social?
– Con los agentes de Cáritas reflexionábamos algo que el papa Francisco habla sobre experiencias de salvación comunitaria. Entre los pobres y sencillos hay formas de cuidarse y organizarse para vivir mejor, de la cuales aquellos que tenemos mayores responsabilidades, debemos aprender y contagiarnos.
Eso exige escucha profunda, exige diálogo y renuncia a intereses personales y sectoriales en función de trabajar por el bien de todos, comenzando por quienes menos oportunidades han tenido en la vida.
– Dos definiciones sobre dos personas importantes hoy para los sanjuaninos, el papa Francisco y Monseñor Jorge Lozano…
– El papa Francisco realmente es un hombre de Dios que nos invita a vivir el evangelio de Jesús hoy, en la Iglesia de hoy y en el mundo de hoy. Nos descubre un camino de cómo leer el evangelio hoy. Por ello hay que tratar de leer sus palabras y mirar bien sus gestos de cómo vivir el evangelio hoy.
Monseñor Lozano es un gran hombre de Dios, es un hombre sencillo y a la vez muy profundo. Un Pastor que quiere permanecer muy cercano al pueblo de Dios que le ha sido confiado. Los invito a aprovecharlo todo el tiempo que le toque estar en esta arquidiócesis.
