Si bien cada vez se habla de manera más abierta y sin tabú sobre sexualidad y cuidados íntimos, aun hay mujeres que desconocen cómo actúa su propio organismo ante distintas situaciones, sea por falta de interés, despiste o distintos motivos.

La vagina es un ecosistema complejo y dinámico que se enfrenta a bacterias, distintos niveles de pH y de humedad. Es sensible a cambios tantos externos como internos y muchas veces esos cambios afectan el organismo, que se manifiesta con presencia de flujo vaginal. María Laura Iborra, médica ginecóloga explica qué es el flujo vaginal y cuándo debemos no solo preocuparnos, sino ocuparnos.

“El flujo vaginal es una combinación de líquidos y células que se liberan de forma continua a través de la vagina. Se trata de la propia descamación de las células del cuello uterino”, explica Laura. Esta secreción tiene la función de proporcionar lubricación y brinda protección contra infecciones, por lo cual su presencia es muy importante, siempre y cuando sea un flujo normal, es decir, cuando es de color blanquecino, transparente y sin olor. Cabe recordar que la cantidad, color y consistencia va a variar dependiendo de la etapa del ciclo menstrual de cada mujer.

Entonces, ¿cuándo debo preocuparme? Según explica la profesional, existen distintas situaciones que pueden llevar a que el flujo “normal” se altere, entre las que se encuentran exceso o deficiencia de higiene genito-anal, duchas vaginales, el uso del bidet, consumo frecuente de antibióticos, uso de protectores diarios, embarazo, la tela de la ropa interior, utilizar ropa muy ajustada e incluso enfermedades que afecten el sistema inmunológico.

Ya mencionamos que el flujo normal se presenta como una secreción blanquecina, pero puede presentarse de otras maneras.

*Blanquecino tipo “leche cortada”: Si además de presentar ese aspecto en la zona genital hay picazón, ardor y molestia al orinar, se puede pensar en candidiasis vulvovaginal. Se trata de una infección causada por hongos que puede darse por cambios en el pH vaginal, hormonales, en la flora bacteriana o disminución del sistema inmune.

*Amarillo – grisáceo: Si la secreción presenta ese aspecto, tiene un fuerte olor y provoca comezón y ardor, se podría tratar de una vaginosis, infección causada por una cantidad excesiva de bacterias que cambian el equilibrio normal de las bacterias en la vagina.

*Verdoso: En el caso de un flujo de ese aspecto, acompañado por un fuerte olor (similar al pescado), enrojecimiento, ardor y picazón en la zona genital y dolor al orinar o tener relaciones se podría tratar de una infección trasmitida sexualmente conocida como Trichomonas, por lo que deberías consultar a un profesional.

*Flujo abundante acompañado de sangrado: Si al tener relaciones hay presencia de este tipo de flujo, además de dolor en la zona abdominal y ardor al orinar podría tratarse de Chlamydia, una infección de transmisión sexual que afecta principalmente a las mujeres, pero también puede darse en hombres, por lo que se debe realizar la consulta médica en su momento para un tratamiento indicado.

*Purulento (parecido al pus): Ante la presencia de una secreción con este aspecto acompañada de dolor y dificultad al orinar deberías acudir a un profesional, ya que podría tratarse de Gonorrea, infección de transmisión sexual producida por el Gonococo, que además podría afectar otras partes del cuerpo, como recto, ojos, garganta y articulaciones.

Ante la presencia de una secreción “anormal”, no se debe dejar de consultar al profesional de la salud que corresponde, ya que una mujer que tiene mucho flujo, que se presenta además con mal olor acompañado de dolor o ardor presentará dificultades para ejercer su vida cotidiana, al tener relaciones e incluso, en casos extremos, pueden llevar a la esterilidad.

Para evitar llegar a esa instancia, Laura recomienda realizar una técnica adecuada de higiene (de adelante hacia atrás y no a la inversa), consultar inmediatamente comiencen los síntomas, no utilizar protectores diarios, inclinarse por la ropa interior de algodón y utilizar jabones íntimos.

“Lo más importante para evitar cualquier tipo de infección vaginal es utilizar siempre preservativo, ya que es el único que protege contra las infecci9ones de transmisión sexual”, finaliza la especialista en ginecología.

Colaboración:
Doctora María Laura Iborra. M.P 5097. Integrante del staff de médicos del Sanatorio Argentino y del Hospital Guillermo Rawson.