PRIMERA NOTA

"La seguridad de presas no es un tema menor y requiere de un trabajo muy bien coordinado de distintas disciplinas técnicas especializadas que intervienen en el diseño, cálculo, construcción, mantenimiento y operación de las presas y de sus órganos de control. Se requiere actuar bajo normativas específicas de seguridad muy bien diseñadas y aplicarlas con rigurosidad extrema", señala el doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, ingeniería Hidráulica y ambiental, de la UNSJ.

Para el especialista, "el avance de la ingeniería y el conocimiento técnico han impulsado la construcción de presas cada vez más esbeltas o altas, permitiendo lograr mayores volúmenes de acumulación de agua. Pero esta situación genera, sin lugar a dudas, un factor de riesgo mayor para vidas y bienes de quienes habitan aguas abajo. Ejemplo de ello es la Villa Mariano Moreno en Chimbas ubicada dentro del cauce del río San Juan".

Y afirma: "Si no seguimos las normas de seguridad podemos contribuir, más aún en una zona sísmica como San Juan, a la rotura de una de las presas existentes, la sola posibilidad de que se produzca una falla implica altísima responsabilidad, tanto para los técnicos encargados de su diseño, explotación y control, es decir de todos quienes toman decisiones de embalsar o desembalsar agua de estas obras, así como de los que deben velar por su mantenimiento", agregando: "Por ello es que es necesario extremar al máximo las medidas para minimizar cualquier riesgo, esto incluye a las autoridades que deben asegurar contar con los recursos económicos, humanos indispensables para el mantenimiento y correcta operación".

"He escuchado lamentables expresiones que atacan, deseo pensar que es por un completo desconocimiento de los riesgos que significa vaciar los embalses por debajo de ciertos límites admisibles por las normas de seguridad", indica Dolling aclarando: "El desconocimiento de la gente común pasa generalmente por no saber cuáles son los fundamentos técnicos que hacen imposible aceptar violar los límites de seguridad impuestos a estas grandes obras. Incluso aprovecho, habiendo yo conocido e interactuado con todos los técnicos de todas las presas del país, a exponer mi preocupación por la necesidad de auscultar en forma continua todas y cada una de las obras y de actualizar los sistemas de control y auscultación de la presa Quebrada de Ullum. Actualmente el avance tecnológico sobre los sensores y sistemas continuos y telemétricos de transmisión es muy grande, lo que permite contar con mucha información, es necesario ir incorporando a nuestros embalses cada vez más sensores que nos permiten contar con sistemas de alerta temprana de fallas y roturas para realizar en forma permanente y a tiempo real un riguroso control del comportamiento de las mismas".

Y dispara: "Entre los principales pilares de seguridad en la etapa de explotación está el mantenimiento y control del comportamiento durante la operación, esto es respetar rigurosamente los límites máximos y mínimos operativos. He oído expresiones que mencionan la necesidad de ‘vaciar completamente los embalses’. A esto yo les digo, no es posible hacerlo sin provocar daños temporarios y o permanente en la infraestructura como la toma de las centrales y las tomas de los descargadores de fondo y medio fondo". 

 

EN NÚMEROS

Cotas mínimas operativas de los embalses

  • 745  Metros sobre el nivel mar -msnm-. Cota mínima de la presa Ullum. Volumen 12,86 hm3.
  • 920  Msnm es en Punta Negra la cota mínima. Volumen mínimo de 195 hectómetros cúbicos -hm3-.
  • 1.080  Msnm es en Caracoles la cota mínima. Estos es un volumen mínimo de 269,2 hm3

 

Riesgo  operativo

Para el prestigioso investigador internacional, la preparación para actuar eficientemente y a tiempo si es que se produce una emergencia es fundamental, se deben tener ya preparados varios instrumentos cuyos pilares son:

  • Aplicación de Normas de Explotación (embalses y desembalses)
  • Programas de Mantenimiento y Conservación
  • Inspecciones periódicas de Seguridad

Finalmente alerta: "Una de las normas básicas de seguridad es el no sobrepasar niveles máximos ni vaciar las presas por debajo de sus niveles mínimos. El problema principal de los niveles mínimos en los embalses es el asociado a los sedimentos. El material de arrastre sólido de los ríos generalmente se deposita en la cola de los embalses y si bajamos el nivel de agua en los mismos generamos corrientes de densidad que logran la capacidad de arrastre y sustentación de los sedimentos que pueden llegar hasta las obras de toma colmatándolas".

Los problemas típicos de asociados a bajar los niveles de los embalses son:

  • Pérdida de capacidad de almacenamiento de agua.
  • Colmatación y "tapado" de tomas de agua para descargadores de fondo y semifondo.
  • *Desde el punto de vista ecológico la retención de sedimentos supone además una modificación del transporte de nutrientes y de materia orgánica.
  • La alteración de la pendiente longitudinal del cauce.
  • La limitación del uso recreativo de los embalses.
  • La propensión a la eutrofización del agua del embalse (proliferación de algas y pérdida de calidad del agua).

"Hoy el embalse Los Caracoles está muy por debajo de su cota operativa mínima normal. (Hoy está en 1.030 msnm con sólo unos 20 hm3 almacenados.)", marcó.

Esa situación es realmente preocupante, dado que actualmente el embalse Los Caracoles es el que recibe más sedimentos y material de arrastre de los 3 embalses del sistema, lo cual vuelve aún más riesgosa la operación del sistema.